Recientemente los investigadores italianos Luca Perri y Alessandro Farini propusieron un estudio en el que participaron personas de todas las provincias de Italia. Este proyecto fue anunciado el 31 de marz por la revista científica Nature y al cual nombraron “Ciencia desde el balcón”

La finalidad del proyecto fue medir la contaminación lumínica provocada por el alumbrado público. Este tipo de contaminación dificulta la observación del espacio que es indispensable para el desarrollo de la astrofísica, pero también provoca problemas en el sistema inmune de las personas.

Un estudio de esta naturaleza no sería posible, si no se tuvieran tres factores que, bajo condiciones actuales de distanciamiento físico, están presentes: primero, tecnología para la producción de sensores de iluminación; el segundo, que existan muchos dispositivos de este tipo, y finalmente que muchas personas los activen. El primer y segundo factor los resolvieron el consejo de investigación italiano, el cual encontró la forma de hacer una aplicación para celulares que adquieran información del sensor de iluminación de la pantalla, que fuera fácil de usar y que todas las personas con un celular pudieran descargar. El factor final en el que muchas personas debían activar este sensor, justo se acaba de resolver por la cuarentena que viven los italianos, y los cuales buscan actividades en las cuales  pasar su tiempo. Por lo que la respuesta para participar en este proyecto fue positiva e inmediata.

El resultado fue esperanzador, pues se logró que personas de todas las provincias de Italia apagaran la luz de sus hogares, usaran la aplicación mencionada y posicionaran el sensor hacia la calle.

Aunque aún no se tiene el análisis de resultados obtenidos, este fue una colaboración sin precedentes para la “ciencia ciudadana”, en la que las personas pudieron ser partícipes de una acción que tendrá impacto en la investigación de la salud humana. De tal manera, cada ciudadano está convirtiéndose en partícipe en la comprensión de la realidad cotidiana.

Quizás el éxito se debe a la búsqueda de actividades para lidiar con la cuarentena; quizás es porque la importancia de la ciencia ha tomado un protagonismo en la vida de todas las personas, persiguiendo las respuestas y posibles soluciones relacionadas con el Covid-19.

Sería interesante conocer la voz de los comunicadores de ciencia en México, y analizar la oportunidad de promover proyectos como el mencionado previamente. Aun considerando las limitaciones y oportunidades que hay en México, sería oportuno que los órganos gubernamentales como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) consideren que, en estos tiempos, la ciencia puede ser un factor para evitar la desinformación e incluso, volver a la sociedad partícipe de la cultura científica y así incluso, abonar a favor de la salud mental en los tiempos del Covid-19.

Si la sana distancia nos separa, que la sana comprensión del entorno nos reencuentre.

c.cedilloc@gmail.com

@chrisantics

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