Un planteamiento serio y profundo respecto al trabajo de los legisladores que nos representan requiere de un análisis amplio, de no ser así,  nos quedamos solamente en la crítica para desacreditar los esfuerzos de quienes están haciendo un ejercicio contrario a la política tradicional, esa que se sustenta en la ambición de poder y dinero.

En los últimos 16 años, el PAN ha tenido seis de los nueve espacios que han representado a Querétaro en la Cámara Alta: Guillermo Tamborrel, Eduardo Nava, Pancho Domínguez, Marcela Torres, Guadalupe Murguia y Mauricio Kuri, sin que haya algo de su labor legislativa que sea digna recordar o valiosa por su trascendencia en la vida pública de Querétaro, embolsando cada peso de su dieta y prerrogativas a su cuenta, nunca invirtiendo en transformar la realidad de los sectores con mayor marginación en la entidad.

Por ejemplo, lo más notorio que Pancho Domínguez hizo como legislador fue pelearse a patadas con otros legisladores para defender el fraude de 2006. Como senador destacó por agredir a personal de Comunicación Social de esa institución y últimamente se le recuerda por los vídeos en los que se ve a su secretario particular, Guillermo Gutiérrez, llenando maletas con billetes que eran parte del supuesto soborno que recibieron los senadores panistas por votar a favor de entregar a extranjeros la industria energética del país.

Mauricio Kuri, ahora gobernador, en el inicio de su cargo como senador seguía los mismos pasos de su tutor Pancho Domínguez, intentando reventar con violencia una sesión para hacer escuchar la voz de la oposición y quien sólo se dedicó a construir relaciones cupulares, dejando esa responsabilidad (al igual que su actual secretaria de Gobierno), sin que en los dos años y cinco meses que ejerció como legislador le hayan aprobado una de las nueve iniciativas que presentó de manera individual.

Lo que sí han hecho los senadores del PAN es un derroche de dinero que para todos es evidente en el pago excesivo de publicidad, en la contratación de guaruras y choferes, en el uso de autos de lujo, comidas en lugares exclusivos, adquisición sospechosa de propiedades y en beneficiar a sus familiares integrándolos en las nóminas gubernamentales, etc.

Esto no es ajeno a los diputados locales de esta bancada y qué mejor exponente que Toño Zapata, actual presidente de la Legislatura, viviendo su tercera ocasión como diputado y quien, junto con el resto de su grupo, será recordado por secuestrar el Congreso local, congelando iniciativas a la oposición y poniéndola al servicio los intereses del gobierno estatal y de sus particulares cercanos, como se vio con la aprobación de su ley de aguas que viola el derecho humano de los queretanos para tener acceso a este recurso, al mismo que tiempo que se respaldaban en la Ley Garrote para reprimir a todo aquel que disiente de la postura oficial.

En 2024 se cumplirán 18 años de que el PAN se lleva dos representaciones al senado, la pregunta que debemos hacernos es si realmente nos representan o sólo ocupan este espacio para colocarse en algún otro cargo y seguir viviendo en la opulencia a costa del bolsillo de las y los queretanos.

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