Con inexplicable urgencia y en una edición de fin de semana/vespertina, como queriendo esconderla, el gobierno federal publicó el pasado viernes reformas a la Ley de Telecomunicaciones, con lo que se creó el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil. Al respecto, hay que decir muchas cosas:

1. Cuando en diciembre de 2019 surgió la iniciativa presentada por el diputado Mario Delgado, la idea era atacar el uso de líneas móviles y SIMs piratas para que, desde los recintos penitenciarios, se dejaran de cometer el delito de extorsión telefónica y otros ilícitos. La propia iniciativa y el Comité Especializado de Estudios e Investigaciones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) urgían a que las autoridades penitenciarias diseñaran un programa que redujera la introducción de equipos de telefonía móvil a los reclusorios. Ya de perdida, decían, que se pusieran bloqueadores de señal. Nada de eso se hizo.

2. La iniciativa no hablaba de obtener “datos biométricos” (iris y huellas digitales) de nadie. En el 2019 sólo se mencionaba que el IFT tuviera la potestad de operar y mantener un registro muy básico de usuarios de telefonía móvil y ayudar al intercambio de información entre autoridades. Sin embargo, el IFT, preocupado por lo que había sucedido con el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, sonó la voz de alerta vía un escrito al Congreso en julio del año pasado. Recordó todo lo que salió mal: robo de datos personales, 50 mil registros con datos falsos, crecimiento de la venta de SIMs fraudulentas y venta del padrón completo en internet por 500 pesos. Por ello, se desapareció el Renaut en 2012.

3. Si bien el IFT pidió de inicio al Congreso no reeditar “la (mala) experiencia del Renaut”, después, en un segundo momento, se mandó un escrito —elaborado por el comisionado Sóstenes Díaz— que inexplicablemente propuso lo que nadie había pedido: solicitar a millones de usuarios sus datos biométricos. De ese escrito, junto con un foro virtual, es de donde Morena retomó la idea.

4. Aunque luego el IFT mandó una tercera opinión, esta vez al Senado, alertando de los riesgos del padrón, ya el gobierno había decidido crearlo, sin importar que no hubiera recursos ni estrategia para su implementación.

5.- ¿Qué países tienen un padrón de móviles con biométricos? Bahréin, Bangladesh, China, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudita, Tanzania, Uganda, Emiratos Árabes Unidos y Zambia. Puro país autoritario.

6. Preocupaciones: desde que el padrón vuelva a caer en manos de la delincuencia y lo pongan a la venta, con la gravedad de que tiene ahora datos sensibles, hasta que se use la información para espiarnos. Sobre todo, que cualquier agencia policial, sin protocolos, empiece a pedir nuestros datos y se dé un mal uso de ellos.

7. ¿Cómo operan los delincuentes? Desde luego, no se registrarán en el padrón. Seguirán usando un mercado negro de SIMs y enmascaramiento de números.

8. ¿Qué hacer para no dar nuestros datos biométricos al Padrón? La opción más fácil es registrar los equipos celulares bajo una persona moral. Así, será esta la que ponga información de un representante. Otra, es ir a juicio de amparo, y es probable que los jueces federales los den. Finalmente, contratar una línea telefónica en EU o en Guatemala y usarla en México. En esos países no hay necesidad de registro.

9. De no emprender ninguna de las opciones anteriores, en los siguientes seis meses las telefónicas van a empezar a pedir datos y, si no se entregan, a inicios de 2023 se cancelará la línea, sea equipo de pre o pospago.

10. En resumen, el padrón es una idea mal concebida. Se trataba de evitar el uso de móviles desde los reclusorios y acabaron imponiendo una carga enorme a operadores, pero sobre todo a los millones de mexicanos que usan lícitamente un móvil. Una ocurrencia, pues.

Twitter: @JTejado

Google News