Más allá de las distintas ideologías, los intereses de la nación deben estar por encima de cualquier otra agenda; las principales fuerzas políticas del país deben permitir no sólo la transición de poderes y la gobernabilidad del país, sino brindar a México una condición de estabilidad para materializar acciones que son imperantes para fortalecer la actividad económica y la competitividad del país.

Un ejemplo de ello es garantizar una cobertura universal a una vida digna para cada uno de los mexicanos, más allá de las posturas triunfalistas de los gobiernos.

Por muchos años los mexicanos escuchamos diversas voces que invocaban un ejercicio republicano similar al que España celebró tras el término de la dictadura de Franco y su reinserción a una vida democrática, loable hecho sin duda, pero alejado de la realidad de nuestro país.

En España prevalecía un anhelo compartido por todas las fuerzas acerca de la nación que deseaban conformar y un equilibrio entre su sociedad. Por su parte, nuestro país guarda rezagos históricos y asimetrías considerables, de ahí la importancia de acabar con la simulación y el sueño pírrico de cambiar con buenas intenciones un país que por años ha permitido a una clase política empoderarse de la administración de la desigualdad.

Es por ello que celebro un acuerdo entre las fuerzas políticas de México, es increíble tanta mezquindad de parte de quienes se oponen en su interior a ello, así como las voces externas que también viven de administrar la división y el fanatismo ideológico. Como nación necesitamos fortalecer las coincidencias y construir un margen de operación para el futuro presidente, necesitamos terminar con el capítulo de despojos, mentiras, simulaciones y divisiones poselectorales que han tenido a nuestro país inmerso en una disputa por más de seis años.

Debemos cerrar los capítulos de polarización del pasado y presente para comenzar a reescribir la ruta del futuro que anhelamos. La seguridad será el tema más relevante, la viabilidad de los tópicos económicos descansa sobre la capacidad que tenga el Estado en su conjunto para poder disuadir y contraer el delito que se ha apoderado de gran parte del territorio nacional y ha truncado proyectos de competitividad en entidades.

México se encuentra a unas horas de un nuevo rumbo, se debe trabajar con las instituciones en la construcción de un mejor país; el sexenio que termina generó estabilidad macroeconómica, pero no una percepción positiva en la economía de las familias. Los indicadores del Foro Económico Global no se equivocan y en un importante número de indicadores hay retrocesos graves.

Empresario

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