Las reacciones al discurso del presidente López Obrador durante la ceremonia oficial del 15 de septiembre, así como las acciones y narrativa que han realizado a manera de pésame por la muerte de la Reina Isabel II (Reino Unido) han evidenciado, una vez más, que la oposición política a la “4T” tiene extraviada la brújula, continúa sin entender los símbolos y códigos del obradorismo con sectores de la población. Está perdida y sin mayor posibilidad para 2024.

Han pasado más de cuatro años del 1 de julio de 2018; 45 meses de comenzar el sexenio. Sin embargo, dirigentes, legisladoras y legisladores del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano mantienen esa ceguera con las mayorías de México. Su preocupación principal debería ser no el resquebrajamiento de la alianza “VaXMéxico”, con pleitos de “lavadero” entre militantes del PAN, PRI y PRD (Rubén Moreira contra el gobernador Mauricio Kuri, ejemplo); sino la lejanía que mantienen con millones de votantes.

Los actos oficiales del 15 y 16 de septiembre de 2022 estuvieron dotados de símbolos para fortalecer la narrativa de la “4T”: parte de las arengas del Presidente, pero sobre todo a los invitados en Palacio Nacional.

El padre y el hermano de Julian Assange, símbolo de la lucha por la libertad de expresión y el derecho a la información en el mundo, fueron minimizados tanto por la “oposición”, como por medios de comunicación corporativos y sus intereses. Al hacer esto, muestran su desprecio a dos derechos humanos que millones de votantes ponderan en el siglo XXI. El periodista Alberto Nájar, de “Pie de Página”, explica con atino: “El periodismo no sería lo mismo sin Wikileaks y su fundador, Julian Assange. Por eso llama la atención la cobertura a la visita de su familia a México. La mayoría de los medios corporativos ignoraron a John y Gabriel Shipton (…) No fue descuido. Desde hace tres años estos medios se han concentrado en cuestionar al presidente Andrés Manuel López Obrador (…)

“Algunos inclusive recurren a historias falsas o poco documentadas. Los espacios de análisis, antes considerados fundamentales para la llamada opinión pública, se convirtieron en lodazal, agujeros de odio y promoción de violencia.

“Los temas graves del país, como la crisis humanitaria por la desaparición de personas, suelen abordarse con sesgo político.

Los ataques de la delincuencia, cotidianos desde al menos 2010, son motivo de escándalo. Suelen publicarse sin contexto, con énfasis en la responsabilidad del actual gobierno sin atender que el origen del terror y el estado fallido en algunos estados es culpa, también, de las administraciones anteriores (…)

“Estos medios siguen empeñados en una revancha por la pérdida de dinero público, que en los gobiernos anteriores se entregó por miles de millones de pesos”.

En contraparte, integrantes de la oposición privilegiaron un supuesto pesar por un símbolo del siglo XX, también británico: la Reina Isabel II, pero sin cuidar el trasfondo de sus mensajes. Tanto la diputada federal Mariana Gómez Del Campo (PAN) como legisladores de Movimiento Ciudadano se tomaron fotos y firmaron “libros” para mostrar su pésame.

Además, más integrantes mostraron su desacuerdo con las frases de “¡muera…!” que expresó López Obrador contra el clasismo y el racismo, sin calibrar que sus tuits, frases y discursos evidencian clasismo, racismo y odio.

Han equivocado la respuesta. En vez de construir un proyecto de nación que dé respuesta a los errores y las omisiones de la “4T”, sus esfuerzos van contra todo lo que diga o haga el Presidente, sin darse cuenta que en ocasiones atacan un símbolo que comparten millones de personas (no me refiero a López Obrador).  La oposición necesita una sacudida, o seguirá en declive para el 2024.

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