La oposición política al Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Morena naufraga entre derrotas electorales en mayoría de estados, descrédito de dirigentes y legisladores federales evidenciados por corrupción, narrativas de odio y clasismo en Twitter, falta de autocrítica, políticos títeres usados como globos que un día inflan y al siguiente desechan vía “encuestas” del 2024, pero sobre todo, por ausencia de proyecto.

Faltan menos de dos años para que millones de mexicanas y mexicanos elijan al próximo Presidente (a) del sexenio 2024-2030. La oposición no ha aprendido de sus errores en 2018. Tampoco ha sabido ser opción o competencia real al Presidente durante el sexenio.

Sigue extraviada, sin brújula ni empatía con la mayoría de la población. No comprende el contexto social de millones de habitantes. Acumula errores y muestras de desprecio cada semana… y parece no darse cuenta o es indiferente.

Del domingo 1 de julio 2018, cuando el candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganó la elección presidencial con 53% de la votación; al viernes 1 de julio de 2022, Morena pasó de gobernar 5 a 21 estados en el país. Es decir, cuadruplicó el número de estados que gobierna, con victorias cuya proporción de votos en relación al segundo lugar o candidatos de la alianza casi 2 a 1, como fue en Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo.

Por su parte, el PRI y el PAN en conjunto pasaron de gobernar 24 a 8 entidades federativas. Mil 460 días después, ahora solo tienen la tercera parte de presencia en el mapa electoral, en comparación al 1 de julio de 2018.

En vez de salir a reconocer sus errores, acercarse a los millones de ciudadanas (os) que en 2018 votaron contra el sistema por hartazgo, evidencias de saqueo y corrupción en tres décadas, y que siguen sin confiar en ellos porque no muestran cambio ni entender la realidad social, manejan narrativas sin asidero en la realidad.

¿En los war rooms se han preguntado por qué la aprobación del Presidente sigue por encima del 50%, mientras que la credibilidad de “Alianza Va X México” no levanta?

Pese a las necedades, mentiras e improvisaciones del presidente López Obrador en las “mañaneras”, su discurso incluye y está dirigido a los sectores de la población marginados de 1982 a 2018. Las acciones, las frases utilizadas, las giras por estados y las obras muestran que el titular del Ejecutivo contempla a esos millones de habitantes, que ni el PRI, PAN, PRD o Movimiento Ciudadano tienen en su radar.

Los códigos y mensajes de estos partidos mantienen a las élites por encima del “pueblo”. Sumemos otra equivocación: cada semana aparecen “encuestas” y juegos de adivinos rumbo al 2024, en las que mágicamente se mencionan personajes sin cercanía con la población, como Presidenciables por la oposición. ¿De verdad piensan que Luis Donaldo Colosio Rojas o Enrique De la Madrid pueden ser candidatos y competir en 2024? ¿O que la oposición tiene seriedad cuando Gabriel Quadri anuncia que competirá por la Presidencia en 2024, o las senadoras Lilly Téllez y Kenia López Rabadán muestran sus rabietas, facetas histriónicas y enojos, sin comprender el contexto?

¿O cuando presumen los petardos de Loret y LatinUs como “reportajes” y hallazgos periodísticos, cuando la mayoría no se sostiene, interpretó mal los documentos, y no incluyó contexto? ¿O cuando “Alito” Moreno, presidente nacional del PRI, anuncia iniciativa para armar a la población, al mismo tiempo que está involucrado en actos de corrupción y mal uso de recursos públicos según una serie de audios?

A menos que rectifique, la oposición política va rumbo al despeñadero en 2024.


Periodista y profesor de la UAQ

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