El  2024 se acerca y con él una ola de movilizaciones políticas y electorales en todo el país. Si bien en el año en curso están programadas dos elecciones significativas, los comicios que acaparan el mayor protagonismo y atención pública son los del siguiente año. Las razones son obvias. Sin embargo, ¿cuáles son los movimientos en el escenario local?

En una semana se celebrarán los comicios por las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, dos bastiones del priismo que poco a poco se ha desdibujado del panorama político nacional desde el ascenso de Morena en 2018. Si el partido tricolor, en alianza con el PAN y el PRD, logra vencer el 4 de junio, podrá gozar de un par de bocanadas de aire para la siguiente confrontación electoral. Pero, si es superado por las candidaturas morenistas, su destino sería cada vez más similar al del experimentado por el partido del sol azteca, cuya última gubernatura fue la de Michoacán.

Por ello las elecciones de este par de años resultan de una elevada relevancia para el PRI porque se juega, casi casi, su registro electoral. Si no recibe muchos votos, será complicado que se pueda levantar de un golpe tan severo en los siguientes años —como ha sido el caso del PRD, al perder su última gubernatura—, sobre todo considerando lo polarizado que se ha vuelto el país con Morena y la primera fuerza de oposición, el PAN.

En este contexto, para que el PRI pueda seguir existiendo, los escenarios locales comienzan a cobrar más y más importancia, no sólo para 2023, sino para 2024. En el caso de Querétaro, se han comenzado a evidenciar los movimientos políticos del priismo para poder mantener su presencia en el estado. Algunos alcaldes han iniciado sus recorridos en sus municipios para acercarse a la población que gobiernan para reforzar sus lazos y medir el apoyo que tienen de cara a los comicios del siguiente año, en los que podrán competir por la reelección.

Por ahí es en donde, en realidad, el PRI debe poner el acento. Asumiendo que logra retener las gubernaturas de Coahuila y Estado de México, aún así tiene mucho trabajo por delante. No puede competir al tú por tú a nivel nacional con otros partidos políticos, por ende, debe concentrarse en lo local para poco a poco reforzar sus estructuras y apoyo electoral. En este contexto, los liderazgos estatales tienen un reto sustancial para la supervivencia del tricolor.

Por otro lado, no hay que olvidar la presencia y empuje que han tenido otros actores políticos, sobre todo los morenistas en algunos municipios. En el caso de Querétaro, sólo hay una alcaldía gobernada por Morena, que es el caso de Arroyo Seco, mientras que dos son dirigidas por un político independiente, misma cantidad que el PRI y el Partido Verde Ecologista de México ostentan.

Sin embargo, el empuje que ha tenido el partido guinda en todo el territorio nacional es notable, por lo que no sería sorpresa que, para las siguientes elecciones de 2024, Morena pueda avanzar en la configuración política de Querétaro.

De esta manera, es evidente el área de oportunidad que tiene el PRI: concentrarse en los espacios que no son hoy en día gobernados por el PAN. De hacerlo y conseguir buenos resultados, podría comenzar a reforzar su presencia en la entidad y así recuperar el apoyo electoral que le llevó en algún momento por competir por la misma gubernatura.

Google News