La culpabilidad de Genaro García Luna, exfuncionario responsable de la seguridad pública durante dos sexenios fue declarado culpable de relacionarse con el crimen organizado de México, en particular por nexos irrefutables para la justicia de Estados Unidos con el cártel de Sinaloa. Así fue la conclusión del jurado en el reciente juicio la sala del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York.

En ese tenor, Genaro García Luna es la punta del iceberg de una fracción de la oposición —no toda la oposición— empeñada en luchar por el poder de forma por demás sucia, a través de la mentira.

Desde el ámbito en el cúmulo de aparatos ideológicos que fueron útiles en el pasado, como por ejemplo los medios convencionales. Esa fracción de la oposición acumuló capital de manera insaciable durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa para no ir más lejos. Además, alteró la naturaleza del Estado mexicano y del Partido Acción Nacional (PAN).

El imperativo categórico de la ética fue olvidada y se entró en la sombra de la confusión y la incertidumbre política. La derrota del pensamiento y la moral es la máxima expresión de la hoy oposición, arrastrada por una fracción con sed de poder económico manchando la política.

En este contexto, se dio a luz un oráculo imperfecto llamado Genaro García Luna. Sin embargo, también hay que decirlo, esta coyuntura que hoy parece un golpe certero de la “4T” es una nueva oportunidad para la oposición en su conjunto de construir nuevos acontecimientos políticos a partir de reencontrarse con la tradición de la política y la ciencia política. Porque escapar de lo ineluctable es una responsabilidad vital.

En lo inmediato, la correlación de fuerzas, a partir del fenómeno García Luna, se inclinará a favor de la izquierda. Su poder se incrementará aún más en el mapa político del país, lo usarán de manera permanente en su narrativa y el discurso.

En contraparte, la oposición está pagando la factura de no formar hombres de Estado en el seno de su partido político.

La estrategia de inclinarse por una coalición, así como recurrir al lenguaje de cantina para denostar a adversarios y a AMLO mismo, es cavar su tumba.

Los ciudadanos de oposición al gobierno federal, aproximadamente el 30%  de los votantes, tienen la posibilidad de remontar a la fracción política liderada por un sector financiero internacional y nacional inclinado hacia la ultraderecha.

Sus tácticas eran y son la destabilización social y política frente a gobiernos no afines a sus patrones de corrupción y privilegio. El calentamiento social y político de las calles y la violencia verbal son tácticas para generar temor y violencia entre los ciudadanos de a pie. Por esta razón, la inseguridad es el primer reclamo social. Aquí es donde se inscribe García Luna recurriendo a todos los medios posibles, así sea el crimen organizado.

De lo que se trata es de luchar políticamente por el poder a través de ideas y proyectos elaborados desde los grandes problemas nacionales, regionales y estatales... Un filósofo del siglo XIX dijo alguna vez que “la miopía teórica conduce a una praxis política equivocada”.

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