De manera breve podemos decir que las y los servidores públicos son todas aquellas personas que se desempeñan trabajando en algún empleo, cargo o comisión que depende de los gobiernos municipales, estatales o el federal, y que están orientados principalmente al funcionamiento del estado y a brindar los servicios públicos.

Debemos decir que, para tener esta ocupación, es muy importante contar con vocación de servicio. Este es el principal requisito para ser funcionario. También, es necesario que  ponga todas sus capacidades para la correcta atención de las necesidades de las y los ciudadanos.

Asimismo, se requiere de tener una verdadera cualidad humana y contar con la empatía necesaria para entender los problemas de las personas y trabajar para resolverlos, con el mayor compromiso, cordialidad y eficiencia, porque las personas demandan cada día de más y mejores servicios, por lo que el estándar requerido de atención es cada vez más alto.

Desgraciadamente, esto no siempre resulta ser así, porque en contraposición a la imagen ideal del servidor público que acabamos de describir, existe también el término de burocracia, que se entiende como la organización de la administración pública pero de manera peyorativa. En la burocracia, los trabajadores gubernamentales ejercen su autoridad de manera despótica, desde atrás de un escritorio de manera ineficiente sin dar respuestas a las necesidades de los ciudadanos.

En la imaginación popular existe burocracia cuando un gobierno pone a las personas en segundo lugar y su única razón de existir es perpetuarse, para mantener a un grupo de individuos trabajando dentro del aparato estatal a pesar de su total incapacidad para desarrollar sus puestos.

La burocracia en sí es un tipo de gobierno donde los ciudadanos se ven ahogados en el innecesario "papeleo", que retrasa a veces indefinidamente el cumplimiento de sus peticiones; quedando a merced de un desfile interminable de funcionarios, inspectores y un largo etcétera, que se turnan unos a otros la resolución de los temas, para finalmente definir que no es posible ayudar a la gente. En este tipo de gobiernos, el interés público no existe y da lugar a la posibilidad de que surja la corrupción como forma de hacer avanzar los asuntos.

Existen principios que los servidores públicos deben acatar, como la honradez, legalidad, lealtad, imparcialidad y eficiencia; no obstante, hoy en día existe un principio que es básico para servir adecuadamente a los ciudadanos y es el principio de cercanía con los ciudadanos.

Para mejorar el servicio, elevar  los estándares de calidad y cumplir con lo que esperan las personas de sus gobiernos, es necesario que los servidores públicos tengan claro que atender a los ciudadanos no es una parte de su trabajo, pues ese es TODO su trabajo. Porque si no se le está ayudando a la gente a mejorar su vida, entonces no se están haciendo bien las cosas.

Es necesario poner a las personas en el centro de la atención de la administración pública. No puede haber servidores públicos que piensen que le hacen un favor a los ciudadanos.

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