Los días pasados en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) fueron de diálogo, sensibilización y profunda reflexión, y no es para menos. En la semana transcurrieron el 8M y 9M, dos fechas icónicas y trascendentales por múltiples razones, entre ellas, el feminismo y la equidad de género, temas ineludibles y sumamente necesarios en todas las sociedades.

Históricamente, la discriminación les ha condicionado y provocado severos problemas a las féminas en torno a sus protecciones y desarrollo personal, entre otras cuestiones. A pesar de los cambios en las últimas décadas, éstos han sido claramente insuficientes. Las limitaciones aún existen y se fomentan por un pensamiento retrógrada que recae en el lenguaje y prácticas sociales que tenemos, pero también del mismo sistema arcaico y patriarcal de nuestra sociedad.

En este contexto, el día internacional de la mujer, también conocido como 8M, no es cualquier fecha, sino una de meditación y reflexión por la desigualdad e inequidad de género que aún existen en nuestra sociedad, así como por la falta de protección y atención hacia las vulnerabilidades de las féminas. Por ello, en el marco de este día tan relevante, se realizaron varias actividades interesantes y necesarias para la FCPyS y en la misma Universidad.

Además de pláticas con notables académicas de la Facultad, que ofrecieron sus varias miradas en torno a lo que representa el 8M y 9M, se generaron círculos de conversación entre mujeres y hombres, espacios importantísimos para escucharnos y comprender las diversas realidades que existen en nuestra comunidad. El diálogo siempre permite abrir nuevas puertas para conocernos más y saber en qué podemos mejorar.

También resultó particularmente grato ver una vez más el nivel de compromiso que tienen estudiantes con respecto a su entorno social. Durante el espacio “Mercadita” en la FCPyS, varios grupos de estudiantes instalaron stands para conversar y convivir entre sí, pero también para compartir información de lo que hacen en el ámbito social y que les ha permitido incidir positivamente en mejorar las condiciones de las mujeres.

Uno de estos stands, por ejemplo, fue el de “MenstruAcción”, una colectiva conformada por estudiantes de diferentes procedencias, entre ellas de las licenciaturas en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas de la Facultad, cuyo objetivo es concientizar en torno a la educación menstrual y perseguir el derecho a la salud e higiene menstrual de las mujeres. Es una valiosa labor que refleja el compromiso social de las estudiantes y su intención de incidir en la sociedad para aminorar las necesidades y vulnerabilidades de las féminas.

Son ejemplos como el anterior los que hay que impulsar y promover con ayuda de instituciones públicas y privadas para el mejoramiento de las condiciones para las mujeres. No obstante, esa es una parte, otra más para llegar a esa meta ciertamente proviene del mismo comportamiento y manera de pensar de las personas. Es ineludible e impostergable promover el respeto, la educación y trabajo desde una perspectiva de género, así como fomentar las buenas prácticas que encaminen hacia una equidad de género en la sociedad, y esa es una tarea en la que todas y todos debemos abonar cada día.

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