AMLO no expropió bienes propiedad de Ferrosur, S. A. de C. V; solo tomó “temporalmente” prestadas todas las instalaciones de la empresa. La forma es fondo. En el caso la toma de las instalaciones fue un asalto por parte del personal de la Marina de México, acción de gobierno dictador. Utilizó las Fuerzas Armadas, la fuerza del Estado; y todo porque, según el decreto de “ocupación temporal”, la peticionaria del acto prescrito en la Ley de Expropiación, artículo 2 Bis, fue hecha por la Secretaría de Marina ¿Marinos metidos en la construcción de la línea?

El artículo segundo del decreto de “ocupación”, determina que es a favor de la empresa paraestatal (federal) “Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, S. A. de C. V. en su carácter de integrante de la plataforma logística multimodal a cargo del corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec” ¿Qué hace entonces la Marina metida en el asunto ferroviario? Nada.

Simple mecanismo político de evidente presión militar para conseguir el objetivo del presidente López Obrador: que nadie se interponga en la continuidad de la construcción de la línea de las vías de ferrocarril del Istmo de Tehuantepec.

El tiempo del gobierno de la #4T se agota, le urge terminar la obra a costa de lo que sea, no importa cometer actos eminentemente abusivos e intimidantes.

La ley no prevé mecanismo interno de inconformidad, la única vía para combatir la arbitrariedad del gobierno de la #4T, es el juicio de amparo. Sin embargo, el empresario Germán Larrea, seguramente aguantará el duro golpe asestado a una de sus empresas, las cuales dan empleo a miles de mexicanas y mexicanos. Genera desconfianza en el sector empresarial. AMLO estuvo fastidiando al empresario desde su campaña. Le ha cancelado contratos con su gobierno y se entromete en la negociación de la compra de Banamex. Literalmente lo asfixia.

Si bien el gobierno tiene la atribución legal para expropiar u ordenar la “ocupación temporal”, bajo la premisa de demostrar las causas de utilidad pública, en el caso del empresario Germán Larrea, todo indica el ejercicio del acoso por medio de la fuerza del Estado. Nada de seguridad nacional. Sobre todo, porque la empresa seguirá prestando sus servicios de ferrocarril con “normalidad”; salvo que, ahora es bajo la supervisión y vigilancia de los elementos de la Marina. AMLO utiliza las instalaciones de la empresa privada para beneficio y premura de sus obras de la nueva vía de ferrocarril paraestatal, la cual seguramente también la dejará a cargo de la Sedena.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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