El concepto que tenía desde mi adolescencia de los adultos era un poco el reflejo de lo que veía en mis padres y en los padres de mis amigos, personas serias, regañonas y poco tolerantes hacia las ideas y locuras que nos tocaba vivir a nosotros los adolescentes de ése entonces. Todo comportamiento no apto para el concepto que tenían del “deber ser” era motivo de miradas profundas que insinuaban un regaño cuando llegáramos a casa. No quiero decir que nunca sonreían, no. Pero sí eran mucho menos flexibles ante la posibilidad de dejarte ser auténtica. Según lo veo hoy, para ellos sólo existían las reglas y debían de acatarse. Así cómo también había un lineamiento de vida que era: estudias, luego te casas, formas una familia y después...después faltó terminar el manual de lo que seguía porque ya no era parte de su responsabilidad como padres debido a que ya, para ése momento, tendrías que haberte convertido en un adulto. Observaba que ya en la vida de adulto todo era monótono.
Un día, desperté y me dí cuenta que ya había alcanzado la edad adulta y junto con ello miles de pensamientos que se contraponían a lo que verdaderamente pensaba que debía ser para mí. Es entonces cuando viene toda una revolución y confusión en mi vida porque sentía que me faltaban cosas por hacer, que ya era adulta y había cumplido con los lineamientos impuestos de lo que se decía tenía que hacer. Sin embargo, todavía cuento con la energía para seguir creando y haciendo y fue ahí donde descubrí que todo el cliché de la edad estaba mal planteado. Y descubrí que, mientras haya vida, voluntad y ganas puedes continuar construyendo sueños y alcanzarlos. No importa cuánto te tardes, todo está en ti y en las ganas que tengas por realizarlos.
Cuántas veces no escuché a mi padre decirme que yo era muy grande para competir, que no podía hacerlo. ¡Cómo me hubiera gustado que él pudiera haber elegido el hacerlo!
Así que si tienes sueños pendientes y piensas que ya se te pasó el tiempo ¡Estás equivocada! vé por ellos,que mientras estés viva, siempre habrá oportunidad de lograrlo.
Siempre será tu momento y cada etapa tiene lo suyo. Si quieres empezar hacer ejercicio, ¡házlo! tu cuerpo lo agradecerá aunque sientas hoy que estás oxidada, es una maquinaria fantástica y todos ésos dolores que tienes desaparecen con la constancia. Si quieres iniciar un negocio, ¡házlo! ¿sabías que Carolina Herrera lo hizo a los 42 años? y mira ahora la gran empresaria y diseñadora que es.
No permitas que las ideas de otros apaguen tus ilusiones. Escúchate a ti y quien te quiere te acompañará en ésa aventura.
¡Mujer! tienes la edad perfecta en cualquier etapa que te encuentres.