Mientras el gobierno federal categorizó a Querétaro como rojo en el semáforo epidemiológico, el gobierno estatal lo mantiene naranja y el gobernador dice que no va a transferirle a los ciudadanos los efectos del cambio de color, por lo que las actividades económicas que ya se habían abierto se mantienen, pero con la advertencia de que si los casos aumentan, se tomarán medidas más extremas. Así, no transfiere costos pero sí la responsabilidad social de la pandemia.

El gobierno estatal está en una difícil encrucijada entre optar por la salud y la economía; el confinamiento fue un tiro mortal y mantenerlo significaría un suicidio económico con tantas familias que viven al día. El gobernador sigue la lógica federal de intentar salvar la economía y transferir toda responsabilidad a la ciudadanía.

Este fin de semana fueron noticia dos acontecimientos que muestran el poco compromiso ciudadano para salvaguardar la salud. Primero, un evento promocional en una plaza comercial fue rebasada por un mar de consumidores cuya mayoría no respetaba las medidas básicas de sana distancia y uso de cubrebocas.

El segundo fue la detención de dos queretanos por no usar cubrebocas mientras paseaban en Guanajuato. Tras negarse a usar la mascarilla, fueron arrestados 12 hrs. Esto abrió la discusión sobre si se debe aplicar lo mismo en el estado. La respuesta no es fácil, habría que preguntar si los policías están capacitados para disuadir a quienes se nieguen y detenerlos sin violencia, porque esto ha sido tomado como una prerrogativa para golpear ciudadanos, incluso asesinarlos so pretexto del no uso de cubrebocas.

No deberíamos llegar a tal extremo si tuviéramos una ciudadanía responsable que siguiera las medidas básicas de protección que la comunidad científica ya ha aceptado que puede parar la ola de contagios.

El gobierno toma una apuesta deque tiene ciudadanos ejemplares, como en Suiza, y por mas suizos que se sientan muchos queretanos, los hechos del pasado fin de semana muestran que estamos muy lejos de ese compromiso social.

En este aspecto, la famosa vocería del gobierno para educar a los ciudadanos evidentemente ha fracasado. Hace falta una verdadera campaña que concientice y promueva el uso de cubrebocas y medidas básicas de cuidado. El primer frente de batalla contra el Covid-19 debemos ser nosotros y concientizarnos, pero si algunos prefieren las aglomeraciones y negarse a usar el cubrebocas, ya podemos hablar de nuestro fracaso como ciudadanos.

Periodista y sociólogo. @viloja

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