Yo ya estoy listo. Maletas a la puerta de la casa, boletos de avión en mano y mi playera de Selección Mexicana de Futbol. Sólo espero el día de mañana para emprender el viaje rumbo a Brasil y entonces sí, apoyar a mi selección en la Copa del Mundo de Futbol. Qué bien suena eso pero solo es imaginar. Investigando costos de avión a estas alturas me encontré con que oscila el viaje redondo partiendo el día 5 de junio, ni más ni menos que en 82 mil 600 pesos, y eso, en lista de espera para ese día poder volar. Lo que sí puedo compartir es que la televisión, la botana y los amigos, esos están más que puestos y servidos para ver desde casita o algún bar, la inauguración de la Copa del Mundo de Futbol, el evento futbolístico más importante -además de Juegos Olímpicos- que todo mundo ve. En estos días he tenido la oportunidad de charlar a través del Facebook, con mi gran amigo Benjamín Camacho, quien se encuentra estudiando un doctorado en Brasil desde hace tres meses. Mi amigo, además excelente fotógrafo y ha hecho llegar por medio de las redes sociales un sin fin de imágenes que describen perfectamente el ambiente previo al arranque del evento mundialista, a ello le pregunté ¿y tú, como lo estás viviendo? La respuesta fue de todo un apasionado al futbol, “de poca madre…y lo que falta”. Benjamín hoy es la envidia de muchos de los que nos quedaremos en casa a disfrutar de la Copa del Mundo. Recuerdo algo que Benjamín, además compañero de generación en la carrera de Periodismo y Comunicación de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), describió una ocasión de cómo sería su primera ida a una Copa del Mundo, y tratando de recordad las palabras exactas trataré de decir que fue más o menos lo siguiente. “si no es como fotógrafo, no sé cómo lo haré pero estaré en un mundial. ¿Te imaginas? Es el evento más importante y que todos ven y me vale, yo me voy. Es imperdonable que si te gusta el futbol, y además le vayas al mejor equipo del mundo (le va a los Pumas) no estés en un Mundial. Vendo el carro, mi ropa, pero iré”. Para muchos, ir a un mundial puede ser un sueño guajiro. Habrá quienes solo preguntan costos, cogen el teléfono y hacen reservación, hay quienes juntan dinero durante cuatro años para llegar si quiera, a tener para el boleto de avión, y hay hasta los que venden su auto, venden el perro y los que se endeudan con las tarjetas de crédito, todo por ir al mundial. Benjamín no vendió ni su auto ni a su perro y su ropa menos. Una beca que se ganó compitiendo ante más de 50 interesados para estudiar un doctorado en Brasil lo salvó de ello. La suerte dice Benjamín, “a veces no persigue. No imaginé estar acá….la intención era ganar esa beca pero como todo, habremos tipos con suerte y no me queda otra que disfrutar el mundial. ¿Y tú, lo veras en tu casa?”, me preguntó mi amigo Benjamín.

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