Por la trascendencia local, nacional e internacional que cobró el 5 de marzo, es necesario aportar una interpretación política del sábado negro, fecha que será recordada como luctuosa y como el fin de la luna de miel de la actual administración estatal, pues el cálculo de los desmanes lo preveían para el 8M, y una vez más, los encargados de la inteligencia y concertación política, no lograron anticipar un escenario de riesgo que salió de todo control.

Ahora el reto para la administración es lograr convencer a una franja importante de la sociedad que desconfía de sus aseveraciones, en el sentido de que la situación está controlada y que no hubo decesos que lamentar, pues más de una imagen parecería contradecir el dicho oficial, cuando se apreciaban cuerpos sin aparentes signos vitales, de ahí la importancia de contar con órganos autónomos como la Fiscalía General del Estado, ya que con un fiscal carnal del lado del gobierno, los resultados de sus investigaciones se piensan alineados a los intereses políticos y económicos del palacio de la Corregidora.

No obstante, el mensaje en las filas políticas del partido acción nacional ha sido clara, pues se han cuadrado en la narrativa oficial y atacan con todo a los representantes de la oposición, tal fue el caso del pronunciamiento emitido por el Senador Gilberto Herrera, quién hizo un llamado muy puntual a impartir justicia con equidad e imparcialidad, al tiempo que, exhortaba a procurar la seguridad para los queretanos sin distingo de responsabilidades políticas ocupadas en el pasado. De inmediato, distintos perfiles comenzaron a reaccionar a la publicación en sentido de burla, pero al corroborar se constata que la gran mayoría son cuentas falsas.

La cereza del pastel autoritario la departieron los diputados locales panistas Antonio Zapata, Enrique Correa y Guillermo Vega, quienes dieron cátedra de cerrazón al someter a votación del pleno, más bien dicho, cuando se osó citar a comparecer a funcionarios estatales para que los queretanos tuviéramos una explicación más allá de las declaraciones mediáticas; la excepcionalidad del caso lo ameritaba, sin embargo, a los que no comulgan con el grupo en el poder, se les tildó de estorbos y carroñeros, palabras textuales del presidente de la junta de coordinación política.

Los costos de la hegemonía de una fuerza política en todas las esferas de la vida pública de un estado se están dejando ver y se están sintiendo, negarse al dialogo no es la forma, el fondo es hallar soluciones no salidas a un problema que es la punta del iceberg, la violencia que impera en un estado inseguro y maquillado. Mal primavera hace mal otoño, al tiempo.

Twitter: carlosfcps / FB: Carlos Velázquez

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