La interacción de las personas entre sí siempre se da en un ámbito de negociación continua; negociamos para ir al cine con el acompañante, cuando compramos un vehículo, cuando buscamos un nuevo trabajo o cuando salimos a un templete a escuchar y resolver las inquietudes de los manifestantes del Instituto Politécnico Nacional.

Sin embargo debemos advertir que hay algunas negociaciones más complicadas que otras, lo que sí es contundente, es que en todos los conflictos siempre debemos de atender a las posiciones de las partes, pero más allá, a las verdaderas necesidades de las personas en la controversia.

Hace algunos días vimos al secretario de Gobernación, dar la instrucción de abrir las puertas del Palacio de Cobián y brincar de manera espectacular al templete para atender un grupo 30 mil estudiantes con intenciones de negociar un pliego petitorio de nueve puntos, con válidas posiciones sí, pero ya con intereses insatisfechos ante la poca voluntad política del secretario de Educación.

El conflicto ha ido creciendo de tal manera que Osorio Chong es obligado por la circunstancia a salir y ceder en todos los puntos expresados, —incluso entregando públicamente la cabeza de la directora general— pero sin que las partes logren definir un acuerdo satisfactorio que atienda los cómos, los cuándos, y los dóndes se cumplirían dichos acuerdos.

Esto ha generado que el colectivo en mención desconociera los acuerdos por ser poco claros y acusan al secretario de sólo resolver lo inmediato —es decir, terminar la manifestación— y no atender a las verdaderas necesidad de los estudiantes.

Lo que en un principio se vio como un acto heroico por parte de Osorio, hoy se analiza como un deficiente mapeo previo del conflicto y una nula estrategia de atención que deje satisfechos a los involucrados.

Las características de una buena negociación inician en el supuesto de que las dos partes se deben escuchar activamente, —lo que no percibí que sucediera—, al no tener las condiciones necesarias para establecer una comunicación colaborativa.

Otra característica importante en una buena negociación es que las posiciones y los intereses de las dos partes queden satisfechos; lo que no se observa como real ya que el secretario cedió al pliego con un sí, pero sin escuchar de manera efectiva a los estudiantes; lo que generó su posterior disolución.

En una negociación el acuerdo no siempre es lo más importante, se debe atender a que las partes no sientan que concedieron de más, que nadie se aprovechó de la otra parte y que la relación de las personas se mejoró o por lo menos simplemente sigue.

Dentro de esta cultura de paz que promovemos, los conflictos deben ser atendidos no con agresión y con insultos de ninguna de las partes, debemos buscar acuerdos #DialogANDO y así construir un mejor país para nuestros hijos.

Director general de ArtMol Consultores y Servicios S de RL de CV.

@ArtMolC amolinaz@grupoartmol.com

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