El mes de abril representa para un modelo de negocio que inició en un carrito de madera, siempre el festejo y la reflexión que hoy significan 19 años de entrega continua, de enamoramiento hacia él, de dar a su consumidor lo que espera, de no cambiar un ingrediente de las recetas que le han dado la fama, de admitir tropiezos pero enumerar con orgullo, 11 sucursales de una red que se lanza desde el Caribe Mexicano, Cancún, con una sencillez encomiable, en el mismo nombre de la marca: “Los de Pescado”.

Su creadora, Ana Paula, junto con su socia Gabriela y el incansable Jacihel, son esa trifecta sobre la que uno puede apostar y siempre en orden, llegarán a la recta final, lo mismo en la administración, operación y levantamiento de unidades propias, y de aquellas franquiciadas, proyecto que desde el 2009 es el reto mayor de los tres.

Nada les importó la distancia superior a mil 800 kilómetros para desde su mar turquesa desprender al Bajío y volver a Querétaro, ahora en su municipio de Corregidora y su Plaza Constituyentes, su nueva franquicia; como lo hicieron hace doce años, en la Ciudad de Morelia y que se mantiene con éxito, como recién lo lograron en la Ciudad de Saltillo y que decir de dos sedes en la de Mérida. Y en Cancún, su feudo central, con seis unidades y una más, que incluso se planea al interior de la Universidad Anáhuac en el mes que arranca.

Ana confiesa que aún saliva a la hora de identificar el capeado de sus tacos de pescado y de camarón, presume los “burritos”, “tienes que comer uno”, las tostadas de ceviche y de atún para los que cuidan figura, y los excelsos “tacos gobernador”, en un menú corto, de apenas 12 platillos “para que no se pierda el comensal” y es que la experta revela que la mayoría de los clientes se concentran en el 20% de todo menú.

Ana Paula Ruiz se niega a presumir que “Los de Pescado” sea un restaurante, somos un modelo de comida rápida, pero cuando uno atestigua lo construido en su nueva sede de Querétaro, con un interior llamativo e isleta a la que solo le falta la arena, el paso de horas no preocupa, y que decir de los sabores.

Licenciada en Administración de empresas turísticas, docente y ejecutiva de marcas hoteleras premium antes de arribar a su faceta de emprendedora en tacos, presume la mejor “vinagreta” lograda en su sociedad funcional con Gaby, mantenemos un balance, “no nos cruzamos, ni nos duplicamos”.

Narra que su conversión a franquicia fue porque el propio visitante a sus establecimientos lo pidió, vimos el potencial y decidimos crecer bajo este modelo de negocio. Pero admite que es complicado, y enumera los atributos a mostrar: actualización para ser siempre vanguardia, capacitación para sumar experiencia y mantener el éxito y al final, atraer a la marca inversionistas, y a ellos, presumió una franquicia de fácil operación, alta rentabilidad y de bajo costo, un millón 300 mil pesos con todo y cuota inicial. Lo que prefirió mostrar en la cocina aprovechando su visita a Querétaro, fue como se meten a preparar el ceviche, las horas que lleva y cómo se logra el capeado con una receta secreta.

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