Esta semana, en todo el mundo, se conmemoró el Día de la Mujer, para recordar y reconocer la lucha que, históricamente, han mantenido las mujeres para lograr el pleno reconocimiento y goce de todos sus derechos y, sobre todo, una vida libre de violencia, que considere el valor real de su aportación al desarrollo de la humanidad.

Mujeres activistas, trabajadoras y comprometidas con el bienestar del género femenino, han dado una batalla que ha brindado grandes resultados y que necesita de la participación y solidaridad incondicional de quienes, en todos los aspectos, hemos entendido la necesidad y la importancia de lograr un cambio sustancial en la cultura patriarcal que ha imperado por siglos; para  asegurar la equidad, la estabilidad y la tranquilidad que se merecen la futuras generaciones.

Por ello, quienes impulsamos la Cuarta Transformación de la vida pública del país, encabezada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hemos buscado ser congruentes con la postura, acciones y apertura que, desde el inicio de este gobierno federal se ha dado en materia de creación de espacios y marcos normativos y de acción para lograr que las mujeres tengan mucho más que voz y voto en los asuntos públicos que las atañen y afectan.

Así, el gabinete federal actual, y muchos de los gabinetes y órganos legislativos estatales y municipales emanados de Morena y aliados, están constituidos de forma  paritaria. En el Gobierno de la República, 9  de las 19 secretarías tienen al frente a una mujer con la preparación,  visión, experiencia y todas las credenciales para seguir demostrando, aunque no tendrían necesidad de hacerlo, que su trabajo merece todo el reconocimiento  de parte de la gente y de la historia de nuestro país.

Hoy, la política interna, el sector energético,  laboral,  educativo y de seguridad, además de la cultura, la educación y el medio ambiente, entre otros importantes rubros de la administración pública nacional y de la representación popular, están en las manos de mujeres, y eso es motivo de orgullo para todos, porque son las artífices del cambio que se exigió durante muchas décadas y que cada vez está más cerca para el país.

Ese poder femenino que hoy gobierna, representa y legisla a favor no sólo de las propias mujeres, sino de todas las personas; está buscando crear el México moderno que deje atrás, de una vez por todas, el machismo cultural que fue inculcado por siglos y que parece quererse perpetuar en el ánimo del grupo conservador que ostentó el poder en el régimen anterior y no hicieron nada para crear la nación incluyente que la modernidad demandaba.

Sirva así el Día de la Mujer  y todos los días del año, para seguir convocando a hombres y mujeres por igual, de cualquier edad, sector social,  ideología, de Querétaro o cualquier rincón de México, para integrarse de manera natural a esta realidad de igualdad, de respeto, trabajo sinérgico en el que somos complemento y no contrapartes.

Hagámoslo por cada una de las mujeres que nos han formado y a las que les debemos algo o todo. Por nuestras madres,  abuelas, hijas, hermanas, esposas, parejas, colaboradoras, jefas, compañeras o colegas. Por todas las que nos han acompañado en el viaje de la vida y han estado para enriquecer cada instante y mejorarlo, a pesar, incluso, de las conductas erróneas con las que, seguramente, más de una vez alguno se ha comportado con ellas y que no deben  repetirse.

Para todas ellas va mi agradecimiento, compromiso y reconocimiento sincero y solidario. Estoy seguro que el México por el que han luchado está cada vez más cerca y  sus nombres resonarán para siempre en nuestra historia personal y en la historia de la nación.

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