Morena se autodestruye por el “agandalle” de candidaturas. Son los mismos de siempre, tramposos, sucios y rencorosos. Se trata de aquellos que demolieron al PRD, a consecuencia de las mismas causas. Las “tribus” perredistas solo cambiaron de domicilio, no fueron eliminadas. En la repartición de las primeras candidaturas, se han dicho y hecho de todo; aspirantes y viejos izquierdistas, han renunciado a su partido, argumentando las trampas de siempre. Entre ellos se encuentran la diputada federal, Claudia Yañez, aspiraba a la candidatura al gobierno de Colima; lo mismo sucedió con el senador morenista Cristóbal Arias, decidió irse por la libre y buscar la candidatura por otro partido en el Estado de Michoacán.

Otros más que si bien no han renunciado, sí se encuentran molestos por la falta de transparencia en las “encuestas”. Entre ellos el hermano de Eréndira Sandoval, Amilcar, perdió la encuesta ente Salgado Macedonio, a quien se le investigó por presunta violación. Ackerman, el cuñado incómodo calificó al fraude como “un quiebre histórico”. El senador Cruz Pérez Cuellar, aspirante a gobernar Chihuahua, aseguró que impugnará el proceso. Gerardo Vargas Landeros, aspirante en Sinaloa, se inconformará. El senador José Narro Céspedes, quien buscó la candidatura en Zacatecas, aseguró que sus encuestas no son “certeras ni confiables”. Más morenistas anuncian impugnaciones al proceso interno. En tanto Mario Delgado, pretende que no judicialicen las impugnaciones, los exhorta para que acudan a la Comisión de Honestidad y Justicia, para resolver internamente sus diferendos. El TRPJF podría revertir candidaturas.

Los problemas son añejos, la disputa por la dirigencia del partido terminó por partirlos aún más. El dirigente Mario Delgado terminó por robar el triunfo a Porfirio Muñoz Ledo. Las disputas siguen vigentes, considerando que la mayoría de los diputados federales en funciones, pretenden repetir, a lo cual no están dispuestos cientos de aspirantes que buscan un espacio político para acceder a recursos millonarios del presupuesto.

Las disputas internas son como acostumbran: “salvajes”. Teniendo excesivo poder, desde su propia zona intestinal, se autodestruyen. Mientras Mario Delgado, tratando de calmar a las “violentas tribus”, pretendiendo tranquilizarlos, les dijo: “El espíritu del movimiento no es por los cargos públicos, es la posibilidad de construir un futuro de bienestar”. Por supuesto nadie de los inconformes le creyó. Las pugnas continuarán por las candidaturas.

Google News