El propósito presidencial de transformar el país radicalmente respecto de lo que ha sido durante los últimos cien años política, económica y socialmente, está en la ruta de la inviabilidad debido a la pugnacidad que se da en Morena por su liderazgo. Quienes se lo disputan deberían saber que, sin partido, no hay gobierno y que, sin aquel, la recreación de éste en el poder es imposible. Por eso es condición indispensable que se apoyen mutuamente. De lo contrario, su Proyecto de Nación, que sólo puede ser uno, compartido en todo, es impensable.

Así, Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado son los primeros obligados a pactar un arreglo cordial, racional y civilizado para que su partido supere el trance que ha implicado el relevo de la dirigencia nacional. Se puede decir que el futuro de Morena y de la 4T, con todo lo que eso conlleva, está en sus manos.

Realizadas ya dos encuestas para elegir por esa vía al presidente de Morena, Muñoz Ledo y Delgado Carrillo van a una tercera muestra para desempatar, dada la ínfima diferencia que obtuvo el primero. Y es ahí, justamente, donde está la oportunidad para ambos, su organización, la sociedad, la democracia, y el presidente de la República.

De la actitud que uno y otro asuman después de que se dé a conocer el resultado de la última medición, el próximo día 22, dependerá la suerte del partido creado por el presidente López Obrador. Muñoz Ledo y Delgado Carrillo son quienes, en esta ocasión, pueden contribuir a que empiece un proceso de recohesión, unidad, concordia y recuperación-reafirmación del potencial de triunfo morenista hacia las elecciones de 2021.

Porfirio Muñoz Ledo es uno de los políticos más respetados del país. Su trayectoria académica, su desempeño en decenas de cargos públicos, legislativos, diplomáticos y partidistas es impecable. Lo que ha aportado a la democratización nacional, especialmente por el vuelco al que abonó en 1988 con el cisma del PRI, es una deuda que el país tiene con él.

Con ese bagaje, ya está en la Historia, a la que puede trascender de la manera más brillante si hace una postrera aportación a que Morena se recupere, se mantenga como la alternativa político-partidista, y revalide su presencia en 2021.

Mario Delgado Carrillo, pieza fundamental en la Cámara Baja, pese a su juventud, es un político aún en proceso de formación. Con talento y paciencia, acumula experiencia. Nadie duda de sus méritos y la dimensión para rescatar, refrescar y relanzar a Morena con el entusiasmo y la convicción con la que se ha entregado a impulsarlo. Está ampliamente capacitado para rearticular al partido, reorganizarlo y colocarlo en perspectiva de victoria el año entrante, sin lo cual quizá no habrá Morena, ni 4T, ni más gobiernos de izquierda.

Los dos legisladores son respetables y honorables; ambos tienen el reconocimiento social. Por eso, de ellos se espera que actúen en congruencia con sus principios e ideales; su ética y su moral, demostrados a lo largo de sus respectivas carreras políticas.

Por sus conflictos, Morena lleva viviendo ya una larga noche; en Muñoz Ledo y Mario Delgado, está la posibilidad de un nuevo amanecer antes de que, eventualmente, el presidente López Obrador eche luz en el caso… y dicte la última palabra.

SOTTO VOCE…

Nayar Mayorquín Carrillo se perfila como gran favorito a la candidatura de Morena por Nayarit. Su experiencia y conocimiento de la problemática del estado, y el reconocimiento del que goza, lo perfilan como seguro ganador después de la desastrosa actuación de Roberto Sandoval y de Antonio Echevarría…El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, llega a su quinto año de gobierno; los resultados que presenta en su Informe, sobre el control de la pandemia de coronavirus, nuevas inversiones y seguridad, serán la base de un cierre con broche de oro.

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