En realidad, ¿vale la pena arriesgar la vida por una experiencia de viaje? Cuando nos embarcamos en una aventura, jamás pensamos en que al momento de subir a una atracción turística podríamos perder la vida, mucho menos imaginamos que si llegase a ocurrir un accidente “nadie, absolutamente nadie” se va a hacer cargo de lo que suceda, pues al momento de tomar la decisión, prácticamente firmas tu sentencia de muerte. En la actualidad, quienes se dedican a lucrar con la vida de los demás se deslindan de toda responsabilidad al hacerte firmar un documento que, desde luego, no lees por completo, en pocas palabras, le entregas tu alma al diablo y sabes qué, se escucha fuerte, pero es un suicidio anunciado, en el que, lo quieras ver o no, estás de acuerdo.

“Estoy completamente  consciente de que realizar este tipo de actividad implica un riesgo de accidentes o lesiones, yo ‘fulanito (a) de tal’ me encuentro en excelentes condiciones físicas y puedo realizar la actividad. En caso de tener una situación con mi salud que me lo pudiese prohibir, declaro que son las siguientes… Adicionalmente eximo y estoy completamente de acuerdo en no levantar ninguna demanda por alguna causa, ya sea a empleados o dueños de la empresa que contraté, esto incluye a mi familia. Deslindo también a los organizadores por daño, robo, lesión personal o muerte que pudo haber resultado por negligencia de alguna de las partes mencionadas”. Así reza un ejemplo de las cartas responsivas que se firman al momento de hacer uso de actividades extremas, llámese tirolesa, paseo en globo aerostático, rafting en ríos rápidos, escalada, ala delta, salto en bungee o paracaidismo, katesuf, flyboard, parapente, cañonismo e incluso en actividades que siquiera imaginamos, como,  por ejemplo, al momento de entrar a un parque acuático tienes un contrato en donde cada miembro de tu familia pone su firma y en caso de ser menor de edad, un adulto lo hace por ellos. Así que debemos poner más atención a lo que hacemos durante los viajes. Pues independientemente de que las empresas que contratamos estén debidamente certificadas y 100% avaladas para funcionar, existe ese documento con un perdón previo. Ojalá que las autoridades también pusieran atención a este tipo de prácticas y le echaran un ojo a las cartas responsivas.

Con lo que respecta a lo que sucedido en Teotihuacán y el caso del accidente más reciente en un globo aerostático, la Federación de Globos Aerostáticos de la zona dio a conocer que la aeronave no contaba con los permisos correspondientes e hicieron un llamado a las autoridades a tener mayor control, de la misma manera solicitaron a los usuarios a verificar que las empresas que contratan estén debidamente certificadas; sin embargo, a mi parecer, es “pan con lo mismo”, pues finalmente siguen operando. E independiente  a eso ninguna empresa está exenta, por eso te hacen firmar antes de subir. Por otra parte, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México ya informó que el piloto involucrado en este incidente ya lleva un proceso legal por los delitos de homicidio y lesiones, que esperemos prospere, pues no es el único accidente que ha sucedido, y en muchas ocasiones no se logra nada.

En fin, son muchas las actividades en las que ponemos en riesgo nuestra vida al momento de viajar, por querer pasar un buen momento o sumar una experiencia inolvidable a nuestras vidas, por lo que vuelve la pregunta: ¿vale la pena?

*Periodista y conductora
Premio Internacional de
 Periodismo Turístico 2022
Otorgado por la OMPT  
Twitter @NatividadSanche
Facebook.com/NatividadSánchezB

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