Muy buen día mis queridos lectores, un placer encontrarnos de nueva cuenta. El día de hoy me tomaré el tiempo de platicar sobre mi experiencia con la banda emergente y lo que esto ha dejado a mi vida; sin discusión, obvio esta parte de la música es la que da vida y fuerza a la escena del rock, pero por qué perder piso o pensar que se deben tener ciertas pleitesías cuando no debería ser así (en ningún caso), y lo más asombroso es cuando lo hacen las bandas en crecimiento, la banda que se está dando a conocer.

Por eso, hoy les platicaré de esa experiencia casi sobrenatural  que me dejó asombrado, pero que se vive día a día, cabe destacar que las bandas pueden llegar asombrarse porque se cobre por algún derecho de piso, renta de Back Line, Pa, etcétera, etcétera, pero, vamos, cuando —con todo respeto— no va ni su familia a verlos tocar y no hay iniciativa por tener un crecimiento, pues ahí ni cómo ayudar.

En el andar reportero me tocó conocer a un sinfín de bandas estrellas, la primera en escena me mandó decir previo a su presentación —en donde sólo había la estratosférica cantidad de siete personas, entre ellos dos amigos míos— que necesitaba en el catering mariscos, pero no de cualquier clase, los integrantes necesitaban camarones, ostiones en su concha recién sacados de ella y un poco de moluscos pero al tiempo, agua de una marca conocida por su alto precio, así como toallas blancas para después del show. Además de tener la amabilidad de pedirme que para la entrevista no querían hacer un rato de cotorreo, sino lo opuesto, algo serio y formal,  de lo contrario no harían entrevista y saldrían directamente del lugar; de igual manera, y con el mismo asombro, me quedé pasmado y petrificado, tal como si medusa  me viera directamente a los ojos, esa fue una de las primeras bandas que se agandallaban con lo que pedían para tocar de una manera emergente.

Otra de ellas llegó con su propio Back Line y su manager me dijo:  “Necesitamos licores en una tina con hielo y dulces de color rojo, acabamos de llegar del norte y los chicos tienen bastante hambre, ¿podrías conseguirnos ensaladas verdes para ellos? Yo sólo comeré algún bagel  con nueces y aceitunas”.  Obvio morí, resucité y volví a morir, mi asombro fue más que notorio y lo demostré con una carcajada tipo Santa Claus.

Y vamos, no es que no se apoye a la escena emergente, principalmente soy una persona que apoya siempre y el texto va con todo el respeto a ésta, pero creo que llegar a el punto cumbre de cada banda debe ir acompañado de fuerza y resistencia, pero sobre todo de humildad. 
Mis queridos  se acabó la tinta, así que nos leeremos en otra ocasión.

@pollorockmusica

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