Mañana será mejor. Es la esperanza que nos une a los mexicanos en este momento tan difícil. La reacción solidaria de miles de jóvenes, ante los daños causados por el sismo del martes 19 de septiembre, es ejemplar. A los mayores nos toca esta vez emular su entrega y convicción por ayudar.

Muchos de los males que nos aquejan, podrían ser superados si actuáramos con este sentido, que mostraron los jóvenes mexicanos. De todos los estratos sociales, mano a mano se entrelazaron para rescatar a nuestros caídos. Desde albañiles, plomeros, estudiantes, soldados y marinos; hasta los expertos en rescates en desastres nacionales y extranjeros, no sólo fueron voluntarios, sino que se movilizaron como un ejército de hombres incansables, que trabajaron con entusiasmo y, por qué no decirlo, con una actitud positiva ante el desastre. Sabían del valor de su aporte para salvar vidas y su desempeño aún continúa de manera ejemplar.

Este impulso solidario debemos canalizarlo. Nos toca seguirlos. Las instituciones públicas esta vez reaccionaron a tiempo y han mantenido el orden necesario que exigía la contingencia. La sociedad ha sido generosa. La ayuda con recursos para la emergencia ha sido atendida con creces. La aportación monetaria a nivel nacional lleva un buen curso, las aportaciones pequeñas de los mexicanos se han visto dobladas por las empresas, o quintuplicadas por quien más tiene. Todos han tenido y tendremos que esforzarnos para recaudar la mayor cantidad posible para la reconstrucción que viene. Los ejemplos son muchísimos, además de la aportación colectiva, hay que reconocer la acción de los deportistas como el “Canelo” Álvarez, “Chicharito”, artistas como Salma Hayek, o las familias Slim, Vázquez Aldir, Harp Helú, Salinas Pliego y otras más que han aportado generosamente.

Toca entonces ahora a quienes participamos en política, también asumir tareas mayores. No bastarán nuestros centros de acopio que hemos organizado en nuestras oficinas o sedes distritales, necesitamos hacer más. Y en este sentido, la dirigencia nacional de mi partido ha tomado la iniciativa, y puso un techo inicial con un 25% de aportación económica para reconstrucción de la vivienda de los damnificados, correspondientes a sus prerrogativas que recibiría en el proceso electoral de 2018. Lo decimos a la sociedad mexicana, nuestro compromiso con la reconstrucción en el PRI, es total. En el Senado de la República y en la Cámara de Diputados haremos adicionalmente significativas aportaciones económicas.

La dirigencia nacional ha buscado que esta aportación sea legal y canalizada adecuadamente para que su impacto sea efectivo en la vida de los mexicanos afectados. La decisión está tomada, se va aportar el dinero sin titubeos, y sin evasivas. El reto y exigencia es para todos los partidos políticos. La sociedad quiere un compromiso certero con la reconstrucción. La mejor campaña política, que podemos hacer, es invertir en las viviendas y en enseres domésticos, y no en plásticos publicitarios que al final se irían a la basura.

Esta tragedia nos abre muchas oportunidades para mejorar en muchos órdenes. Sólo quiero citar dos muy importantes. La reconstrucción física puede quedar en manos de las constructoras mexicanas desde las más pequeñas hasta las más grandes, bajo un programa de proyectos decentes y acordes a la arquitectura regional, que recobren la vida de las comunidades. Esta actividad bien repartida podría ser un detonante de la economía nacional, por la gran cantidad de empleos e insumos que se requerirán.

Y la otra gran tarea que tenemos enfrente los mexicanos es la reconstrucción emocional de los mexicanos afectados. La muestra de los jóvenes puede ser el elemento unificador no sólo para empoderar a quienes sufrieron, sino también sanar nuestro tejido social. Es el momento del México solidario. El mundo se enteró de lo que somos capaces unidos, ya vio que nada nos derrota, renacemos de los escombros, una y otra vez.

Diputado federal del PRI.hugo.cabrera@congreso.gob.mx

Google News