Habían pasado cuatro años desde que no participaba en una feria aeroespacial —desde el año 2018 para ser exactos—, esas que están repletas de aeronaves, con miles de empresas y organizaciones expositoras que lo mismo presentan sus productos, anuncian nuevos negocios o lanzan innovaciones y tecnologías disruptivas. Me refiero, para ser específico, a la Feria Aeroespacial de Farnborough (Farnborough Internacional Aerospace show: FIA, por sus siglas en inglés) celebrada del pasado18 al 22 de julio.

En esta ocasión, #DesdeCabina de otra aeronave, tuve la oportunidad de integrarme a la delegación de funcionarios encabezados por el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, que asistieron a la feria en Londres, Inglaterra. La delegación queretana se sumó a un pabellón coordinado por la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA) en la que participaron: Querétaro, Chihuahua, Baja California y Nuevo León, cuatro de los cinco estados de la república con mayor actividad de esta industria; Aguascalientes, Guanajuato y Yucatán, con proyectos e iniciativas que ya despegaron y algunas otras que ya están tomando altura. La participación de patrocinadores industriales, y de oficiales militares encabezados por el presidente de la Feria Aeroespacial México (FAMEX), promoviendo la próxima edición de la Feria a celebrarse en abril de 2023.

Sin embargo, no es interés de esta colaboración, que se esfuerza por mantenerse semanal, describir los resultados y logros de la participación de Querétaro y sus ejecutivos en FIA 2022, eso ya ha sido motivo de claras y sendas notas periodísticas e informes por diversos canales de comunicación impresa y digital. Sí me interesa, adicionalmente, compartir la impresión del antes y el después de este evento.

La llegada de FIA era ampliamente esperada; el evento, entre caras conocidas, nuevos actores e invitados especiales, dio inicio sin mayores contratiempos —salvo la ola de calor histórico en la última década del Reino Unido, que hizo incómodos los primeros días del ferial—, el reencuentro de los actores, el regreso de los anuncios de ampliación, el destape de nuevos proyectos, la percepción de recuperación se sintió en todos los stands del pabellón. Estuvo increíble.

Pero lo que más me entusiasmó del pabellón fue la camaradería con la que todos celebramos el trabajar juntos, desde nuestro rinconcito —nuestro stand—, por México; todos nos saludamos y celebramos lo que nos tocó, lo que pudimos lograr, lo que nos correspondió y que se trabajó durante meses para compartir en este importante evento del sector aeroespacial mundial. No es que en anteriores ediciones u otras ferias no se hubiera trabajado con esa cercanía, como equipo, pero es totalmente real que en esta primera gran feria internacional de la industria, posterior al Covid, la perspectiva fue otra, ya que todos veníamos de haber sobrevivido al encierro y nos urgía retomar el ritmo y nivel de trabajo previo a la pandemia. La celebración de nuestra “mexicanidad” durante la feria, permitió compartir con el mundo —al menos el de una gran cantidad de asistentes y visitantes del pabellón tres— la grandeza de nuestra cultura, innovación, alegría y orgullo por nuestro querido país. México de regreso, y bien.

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