Terminaron las jornadas electorales del Estado de México y Coahuila y con ello se encienden los motores para el 2024, que además de la sucesión presidencial incluye también la renovación del congreso de la unión y en Querétaro, del congreso local y de las 18 presidencias municipales.

La elección del Estado de México abre varias lecturas interesantes. La pérdida del registro del PRD y de Nueva Alianza al no alcanzar como mínimo el 3% de los votos, es reflejo de la poca oferta ideológica del sistema político, que reduce la opción de los electores a estar a favor o en contra del gobierno, sin ninguna otra alternativa.

El porcentaje de participación no cambió mucho al de elecciones anteriores, en el Estado de México el abstencionismo fue de alrededor del 50.1% y en Coahuila del 43.6%. No hemos tenido candidatos ni propuestas que logren animar a ese gran sector de la población que no esta saliendo a votar.

Las encuestas marcaron desde el inicio una tendencia que fue inamovible a lo largo de las ocho semanas de campaña.

Prácticamente cada una de las opciones se quedó solamente con su voto duro, Morena en Estado de México con alrededor de 3 millones de 12 posibles y en Coahuila el PRI con 700 mil votos de un padrón de 2 millones 350 mil ciudadanos.

La realidad es que la política y los políticos poco emocionan y poco convencen. Sus intereses partidistas y malos manejos nos limitan a la paradoja del “mal menor”; las y los mexicanos nos encontramos en la disyuntiva de tener que tomar decisiones entre dos alternativas desfavorables: los que ya estuvieron y tanto daño le han hecho a nuestro país o los que no han estado pero que muy probablemente resulten igual de ineficientes, corruptos y dañinos.

La política debería darnos esperanza, debería emocionarnos y comprometernos, convocarnos a ser parte de las soluciones. Las y los candidatos deberían ser quienes más confianza nos transmitan y quienes mejores resultados hayan demostrado.

A México le urge una nueva generación de políticos menos partidistas y más profesionales. En las próximas semanas los dos bloques que buscan la sucesión presidencial darán a conocer los requisitos que deberán cumplir aquellos que aspiren a la candidatura presidencial y con ello marcarán la pauta para los métodos de selección de candidatos a todos los niveles, la pregunta obligada es si estos métodos serán una oportunidad para abrirle la puerta de las candidaturas a ciudadanas y ciudadanos con ganas de participar o serán requisitos a modo que solamente limitarán la oportunidad para aquellos que cumplan con la disciplina e intereses de sus respectivos partidos.

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