Hace un par de días, mientras estaba atorada en el tráfico de la ciudad, me topé con una escuela que estaba en su hora de salida, me detuve a ver y admirar a las maestras que con paciencia y afecto despedían a sus alumnos. Esto me hizo recordar a algunas las grandes maestras que  tuve durante mi educación, siempre estaré agradecida con ellas por todo lo que enseñaron y por cómo cuidaron de mí. Ser docente es una labor muy importante y merece reconocimiento, es por esto que hoy te contaré de un maestro que le enseñó la pintura a uno de los iniciadores del movimiento renacentista.

Uno de los maestros más renombrados de la pintura gótica fue Cenni di Pepo, o mejor conocido como Cimabue, éste buscaba la renovación de la pintura medieval. Su trabajo demuestra una incesante necesidad de alejarse de las características de la pintura bizantina y encontrar un esquema de representación innovador. Si analizamos diferentes pinturas del artista, podemos ver una intención de volumen en las figuras, lo cual no era habitual en la pintura del momento, asimismo, conforme su estilo avanzó, los rostros de sus pinturas se mostraron más naturales, menos rígidos y más expresivos. Es así como él y sus contemporáneos abrieron las puertas a la pintura renacentista. Su pasión y talento por el arte fue tan reconocido, que fue un gran maestro que tuvo diversos pupilos, uno de ellos lo conoció durante un viaje. En 1293, Cimabue se encontraba de viaje en la provincia de Vespignano, en Italia, mientras el artista daba un paseo, se topó con un muchacho que dibujaba a sus ovejas en unas rocas, Cimabue quedó tan asombrado por el talento de éste que no dudó ni un momento en invitarlo a estudiar a su taller en Florencia, el joven sorprendido y entusiasmado contestó que sí, una vez que su padre le concedió permiso, el joven partió con su protector y maestro a Florencia. Un par de años después, cuando el alumno tenía más o menos 20 años, Cimabue, con orgullo y cariño, le dijo a su pupilo que no tenía nada más que enseñarle, que ya había aprendido todo de él. Fue así como Cimabue fue el maestro del gran artista pre renacentista, que innovó y demostró que la expresión es un valor esencial para el arte de la pintura, Giotto di Bondone. La relación maestro-alumno fue tan especial que cuando Cimabue falleció, Giotto ocupó su taller y vivienda, así fue como siguió honrando el legado de su maestro.

El arte también es enseñanza. Cimabue demostró que ser un buen maestro es reconocer que el alumno ha superado al profesor, al igual nunca dejar de motivar a su pupilo a seguir preguntándose y explorando. Es así como su alumno Giotto se convirtió en un agente de cambio que siguió el legado que su maestro inició.

La información acerca de los maestros que enseñaron a estos importantes artistas es muy difícil encontrar, a pesar de que ellos enseñaron e influenciaron a las leyendas del arte, que es necesario hacer una revisión histórica y rendirles el homenaje que merecen.

Hay algo muy especial en poder compartir el conocimiento y enseñar, es por esto que hoy quisiera felicitar a todas y todos que se dedican a la enseñanza, gracias por proteger y educar a los jóvenes que seguirán su legado en el futuro.

*Lic. en Historia del Arte y Curaduría

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