Mucho creemos en la vida divertida y resuelta que lleva el deportista profesional, aquel que cobra por hacer lo que le gusta y quiere. De aquel que da resultados hasta obtener el más grande de ellos para ser reconocido y entonces si, ser tratado como un verdadero deportista profesional.

Autos de lujo, vuelos de primera clase, hoteles, nutriólogo, cuidados especiales, médicos, ufff, y muchas otras cosas más. Pero hablemos de aquellos que pareciera, están ahora de moda, “Los Viajeros Deportivos”, sí, esos que han optado por recorrer el mundo buscando competencias en cuales participar, los que ahorran año tras año para hacer un viaje diferente y a una competencia diferente.

Para ser un “Viajero Deportivo”, puedes ir solo o en pareja, con la familia o un grupo de amigos, pero eso sí, los viajeros deportivos siempre tienen una sola cosa en mente que es además de divertirse, romper el récord del año anterior.

Justo me topé con uno de ellos -un Iroman- y que es de los que gusta de viajar y competir, buscando superar su propia marca. Me comentaba que muchos meses antes del viaje, estos viajeros tienen que tener todos los detalles confirmados. Toda su vida gira alrededor de un nuevo reto y  al levantarse cada mañana para emprenden una nueva jornada de entrenamiento, sin importar de que disciplina se trate.

Pasan -me comentaba ansioso, pues él lo está haciendo ajora mismo-  minutos y horas en internet buscando los gadgets más nuevos que les ayuden a hacerlo mejor y por supuesto, sin descuidar la estrictísima dieta que los debe tener en el peso ideal y con los niveles de grasa adecuados.

Cuando llega la hora de hacer la maleta, comenta, es la misma que fue seleccionada con anterioridad y que debe cumplir con los requisitos de tener múltiples compartimentos para guardar; los tenis con tecnología de punta que casi corren solos, los medidores de ritmo cardiaco y quema de calorías, las barras energéticas súper-proteínicas, y sus propios remedios para el dolor de piernas y otras zonas del cuerpo que se llegaran a resentir.

En el aeropuerto, dependiendo a dónde se dirija nuestro “Viajero Deportivo”,  se encuentran con que documentar la bici para ir al triatlón o al IronMan (que seguro tienen su calcomanía de IM en la defensa del coche) es todo un problema, y a la hora de pasar por seguridad les complican el cruce de su kit de hidratación. Si buscan experiencias únicas, volarán hasta Longyearbyen en Spitsbergen, Noruega, para que desde ahí tomen un avión al Polo Norte y participen en el maratón (9 de abril, 2015), en el IronMan de Lanzarote en las Islas Canarias (23 de mayo, 2015), o en Endurance Challenge de Chile (17 de octubre, 2015).

Ya en sitio y cerca del reto, la disciplina no la descuidan. No hay tiempo para hacer paseos turísticos ni compras; a correr se ha dicho. Por supuesto que lo primero es subir a su muro de Facebook el nuevo tiempo conseguido, las fotos cruzando la meta, y las reflexiones del por qué esta experiencia los ha hecho crecer en todos aspectos. Pero eso sí, tras la carrera todo es tranquilidad y relajación.

Eso sí que es amor al arte. Estos “Viajeros Deportivos” son hoy toda una realidad. Lo vemos a diario en las redes sociales; si no es el maratón de Nueva York, es el Iron Man en Hawái, el Esquí en los Andes, el automovilismo en Rally en Egipto en el famosos Pharaons Rally, o ya de plano, el maratón de la Ciudad de México que también tiene todo para vivir una travesía. Los “Viajeros Deportivos” lo único que buscan es la diversión, conocer pero también, rebasar sus propios límites, ser mejores en cada competencia y con los ahorros que pueden ser de todo un año, verse y sentirse como los más grandes deportistas.

Y bien, ¿a usted querido lector, que le gusta correr por todas partes del mundo, ya está preparando maletas para la siguiente competencia?.

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