Los paisajes en el estado de Querétaro son muy diversos y, a la vez, esto influye en la diversidad de los suelos que los cubren, constituidos por una fase sólida: mineral y orgánica, una fase líquida -la solución del suelo-, y la fase gaseosa -la atmósfera del suelo-, que le confieren los procesos de su formacion como un cuerpo natural con capacidad de albergar una gran biodiversidad de donde derivan en su conjunto sus funciones en el medio ambiente.

Existe poca información de la naturaleza de los suelos distribuidos a nivel de los paisajes en el estado, pero son evidentes los procesos de degradación que enfrentan, en su mayoría, producto del mal uso y manejo de las tierras. Estos procesos se insertan a nivel local y nacional siendo parte de los más críticos que afectan a los suelos del país, como son la pérdida de fertilidad en las zonas agrícolas, la deforestación, la expansión del uso pecuario en tierras muy vulnerables donde se evidencia la disminución de la captación de agua de lluvia y la pérdida de suelo por erosión particularmente en las zonas montañosas, y el aumento de los riesgos por desertificación de los terrenos todo esto refleja la disminución de sus funciones y en las condiciones socioeconómicas de las poblaciones.

Sin embargo, a través de la geografía del estado aún se constata como sus suelos son valiosos al aportar servicios ecosistémicos producto de su calidad y de la salud que poseen, y es necesario resaltar las bondades que en los recursos naturales representa su buen funcionamiento para mantener los servicios ecosistémicos en las diversas regiones queretanas, así como la percepción de los usuarios para realizar acciones de conservación.

Un número de indicadores de calidad del suelo pueden servir para diseñar medidas de mitigación en las localidades afectadas por el deterioro de las funciones del suelo, dirigidas primordialmente a conservar la seguridad alimentaria en sus cuatro dimensiones conceptuales desarrolladas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2011) como son: 1) la producción de alimentos y su disponibilidad a través del manejo agronómico del recurso suelo; 2) la estabilidad de la producción de alimentos y su disponibilidad en todo momento; 3) el acceso a la alimetación a través de la capacidad física y económica de los jefes de familia o de las comunidades y 4) la alimentación saludable y su obtención a partir de la buena calidad nutritiva y biológica. Además de generar opciones para la adaptación al cambio climático y de sus efectos en el avance de la desertificación; la disminución de la tasa de deforestación, que redunden en la mitigación de la pobreza y en el desarrollo sostenible.

Es necesario enfatizar que el desarrollo sostenible es un concepto diseminado ampliamente a partir del reporte de la Comisión de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1987, conocida como la Comisión Brundtland, que establece la definición de sostenibilidad como el desarrollo que satisface las necesidades actuales sin comprometer su disponibilidad para las generaciones futuras.

El concepto de sostenibilidad desde el informe de Gro Harlem Brundtland en Noruega ha sido aplicado en muchos aspectos de la sociedad incluyendo su amplia instrumentación en las Ciencias del Suelo y en el manejo de las tierras en nuestro país, a partir de adoptar como lema esta definición en el Congreso Mundial de la Ciencia del Suelo celebrado en Acapulco en 1994.

En mi opinión todos los suelos deben manejarse de forma sostenible y los suelos degradados deben ser rehabilitados o restaurados, de ahí que la buena gobernanza del suelo requiere de acciones a todos los niveles, donde es necesario que los municipios identifiquen los problemas de atención a corto, mediano y largo plazo y las dependencias gubernamentales vinculadas con la toma de decisiones implementen las alternativas de conservación y restauración para en conjunto con los grupos y corporaciones las apliquen conforme a los principios del manejo sostenible del recurso suelo.

En este sentido la comunidad académica adopta la responsabilidad de continuar la diseminación de la información para profundizar en el conocimiento del comportamiento de los suelos y del diseño de los mecanismos para salvaguardar sus funciones a través de programas educativos en los diversos niveles de enseñanza en un contexto inter y trans disciplinario.

En particular, considerar las prácticas de manejo del suelo enfocadas a mitigar los efectos del cambio climático y conservar la biodiversidad. Limitar la acumulación de contaminantes por debajo de los niveles establecidos para salvaguardar la salud de los habitantes, su bienestar, y a la vez facilitar la remediación de los suelos contaminados que exceden los límites que representan amenazas a la salud de los seres vivos esto es urgente de instrumentar en las zonas afectadas por los residuos de la actividad minera en los municipios de San Joaquín y Cadereyta.

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