Cada vez es más común ver calles semivacías, centros comerciales con poca gente, mensaje de que las personas deben quedarse en sus casas.

Los gobiernos locales y el sector privado han comenzado a tomar acciones que el gobierno federal no ha querido o teme tomar.

Incluso, el municipio de Nacozari de García Sonora, su presidenta municipal, Juanita Romero, dio a conocer la medida por medio de redes sociales.

Romero, en coordinación con autoridades de Protección Civil, el Cuerpo de Bomberos y la Cruz Roja, establecieron el Plan de Acción Estatal en contra del Covid-19 que incluye, además del toque de queda, filtros en los accesos al municipio.

En Querétaro, la autoridad estatal ha acordado también medidas fuertes, pero necesarias, entre las que me gustaría destacar la vigilancia policiaca a hospitales y centros de distribución de alimentos.

Todas las medidas que ayuden a frenar la pandemia del Covid-19 son bienvenidas y deben ser respaldadas por la población; sin embargo, me parece que faltan en prácticamente todos los casos, otras medidas de apoyo a la sociedad.

Sin embargo, estas medidas están destinadas a inhibir la movilidad de las personas, la suspensión de actividades; es decir, que la gente no salga y ello redunda en que, quienes están a la espera de clientes, deberán quedarse a la espera de los mismos sin que lleguen.

Más allá de los microempresarios que van a sufrir sin duda, pienso en sus empleados; por ejemplo, los meseros, garroteros, pienso en los aseadores de calzado, los vendedores de artesanías, afiladores y todo tipo de vendedores ambulantes que, ante la nula presencia de personas en las calles verán disminuidos sus ingresos y tendrán que seguir pagando servicios, tienen que seguir comprando comida, por mencionar sólo dos tipos de gastos fijos.

No he visto, salvo honrosas excepciones, medidas emergentes para respaldar la economía de los ciudadanos que, en su mayoría viven al día.

Sólo por poner un ejemplo, permítame decirle que en Querétaro y en el país, las micro, pequeñas y medianas empresas Mipymes generan siete de cada 10 empleos y aportan de manera trascendental a la economía del país.

La Asociación de Microempresarios del Estado de Querétaro (AMIQRO) tiene un registro de 220 empresas afiliadas que suman 11 mil empleos directos.

De acuerdo con los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay al menos 119 mil 142 establecimientos micro, pequeños o medianos, en donde trabajan 852 mil 281 personas.

Estos establecimientos reciben, en el 90.8% de los casos, sus ingresos en efectivo y así pagan a sus empleados.

Además de este sector productivo, están quienes trabajan por su cuenta y viven de lo que venden o de los servicios que prestan; es decir, aquellas personas que viven al día.

A ellos hay que apoyarlos. ¿Por qué no declarar una moratoria en el pago de servicios básicos —luz, agua, internet— por parte del gobierno federal?  ¿Qué tal si vemos prórrogas para el pago de impuestos —predial, traslado de dominio, verificación vehicular, etcétera— por parte de los gobiernos locales?

En Querétaro los municipios de Corregidora y Colón han puesto el ejemplo, ojalá la administración estatal haga lo propio y el gobierno federal entienda que esos apoyos no son sólo necesarios, serán urgentes para que miles, quizás millones, de familias eviten el colapso financiero. Digo.

El último párrafo. En respaldo a la idea planteada líneas arriba, les sugiero, pido, imploro que, en la medida de sus posibilidades, durante esta época de contingencia, consuman productos locales, compren en la tiendita de la esquina, busquen empresas de la localidad. El consumo local también puede salvar vidas.

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