Es interesante hacer inversión en uno mismo, ya sea porque se ha implementado un régimen alimenticio diferente, porque se ha iniciado la práctica de algún deporte, de un nuevo hobbie o porque se ha retomado la formación continua —que debería ser permanente—. Este último es mi caso, ya que inicié mi participación en un diplomado en Intervenciones y políticas públicas, cuyas primeras sesiones me hicieron reflexionar sobre ese importante papel que desempeñan las políticas públicas y su implementación, y de manera particular en educación.

Dicho lo anterior, esta semana #DesdeCabina, compartiré una reflexión sobre aquellos países con sendos ejemplos de política educativa exitosamente implementada, tema abordado en el diplomado, pero sobre todo expuesto en el último reporte de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) liberado en el World Economic Forum (https://goo.gl/6krFd5) acerca de los países más educados, These are the most educated countries in the world es el título en inglés del reporte en cuestión.

Empecemos por definir lo que es para la OCDE “países más educados”; según el organismo internacional, son aquellos países en los que un mayor porcentaje de ciudadanos alcanzan y concluyen la educación terciaria o de nivel superior. Para tal efecto las naciones con mejores resultados han implementado políticas públicas de estado, no de período de gobierno y han generado tales impacto en sus sociedades, que hoy resultan un ejemplo para otras.

El primer lugar lo ocupa Corea del Sur, un país con poco más de 51 millones de habitantes) con un gasto en educación primaria, secundaria y terciaria (con énfasis en las ciencias y la tecnología) que se incrementó un 10% entre 2005 y 2014; hoy en Corea del sur 7 de cada 10 habitantes alcanza el nivel terciario de educación (para edades entre 23-34 años), es decir, cuentan con una carrera profesional.   El segundo lugar lo ocupa Canadá con un 60.6% de personas con nivel superior de educación, seguido muy de cerca por Japón con un 60.1% de sus habitantes que acceden a la educación superior y la concluyen.

El cuarto y quinto lugar lo ocupan Lituania y Reino Unido con 54.9% y 52.0% respectivamente. Estados Unidos ocupa el lugar número 10 con 47% de sus habitantes con educación terciaria, superado por Australia, Noruega, Suiza y Luxemburgo.  La media para la OCDE es de 43.1% y debajo de este rasero se encuentra una cantidad  importante de países sudamericanos, incluyendo a México que ocupa el lugar 37 en la lista general.

El reporte además presenta gráficos muy interesantes que permiten relacionar el impacto de los datos anteriores en función de las políticas de inversión y otros aspectos use permiten identificar algunos elementos exitosos y particulares de la implementación de sus políticas educativas y sobre todo, de su impacto.

Diseñar e implementar políticas que busquen incidir en aspectos trascendentales de la educación, en todos los niveles, desde el primario hasta el terciario debiera de ser el camino; retos como la calidad educativa, entendida por algunos como una moda o estrategia superflua, el presupuesto y subsidio diferenciado, la inversión en evaluación, formación docente y tecnología educativa, no deben ser estrategias únicas o desvinculadas, sino parte de un sistema multivariable y multiactores cuyo rol no solo debe ser claramente identificado sino además respetado y promovido por todos —principalmente por los actores mismos—, para verdaderamente provocar el desarrollo educativo y por ende una verdadera regeneración nacional.

Rector de la UNAQ

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