Educar a un joven no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía, John Ruskin. Un rasgo fundamental de la ciudadanía democrática es el derecho universal al sufragio libre y secreto. El sufragio es un mecanismo de decisión, quizá el único al alcance de la mayoría de los ciudadanos, por lo que podría decirse que coloca a todos en el mismo plano de poder político, a pesar de las especificidades de las diferencias económicas, sociales y generacionales. Las perspectivas futuras de la democracia en México descansan en gran medida en la participación de los ciudadanos que se encuentran tanto en los espacios institucionales, como en los informales, donde se generan y dirimen las relaciones de poder. La participación de los jóvenes como un grupo decisorio en la vida política de nuestro país, por su peso demográfico y rápida capacidad de comunicación no ha sido muy estudiado. Posiblemente porque históricamente sólo se atribuía la capacidad de decisión y elección a los adultos. Pero, ante la inminente presión que este sector de la población está ejerciendo, la pregunta obligada es: qué tan activos son los jóvenes, o mejor dicho qué tan participativos son en los procesos políticos y electorales. Me permito compartir con ustedes algunas de las conclusiones de un estudio realizado por el Colegio de México y la casa encuestadora Berumen y Asociados para el Instituto Federal Electoral –ahora INE-, denominado La cultura política de los jóvenes en México. Cabe hacer mención que dicha investigación se realizó en el junio de 2012 y estuvo dirigida a jóvenes de 18 a 29 años, con una muestra de cinco mil hogares, distribuidos en las 32 entidades federativas del país. Uno de los objetivos planteados consistió en conocer la información que los jóvenes poseen sobre las instituciones fundamentales de la democracia electoral. Si bien la información corresponde al proceso electoral pasado, no deja de ser válida ya que muchos de los entrevistados seguirán en esta condición en los procesos electorales del 2015 y 2018. El estudio te ofrece un contexto amplio sobre temas que en el desarrollo de un proceso electoral son básicos, como el hecho de que un gran sector de los votantes reales y potenciales cómo son los jóvenes, no tengan conocimiento de actividades o figuras tan sencillas como las que realiza un funcionario de casilla, o qué función tienen los observadores, qué es y cómo se conforma el Instituto Federal Electoral, cuáles son las atribuciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por mencionar algunas. En cuanto al tema que abordo en esta ocasión, resulta interesante mencionar, que del universo atendido, sólo 4% de los jóvenes del país ha pasado por la experiencia de ser funcionario de casilla. En este caso, las mujeres han sido las menos participativas. Se apreció un fuerte contraste con las respuestas afirmativas a la pregunta ¿Si usted fuera invitado a ser funcionario de casilla, aceptaría? Casi la mitad, tanto de hombres como de mujeres, dijo que sí aceptaría, lo que representa 48%, lo anterior, indica una actitud muy positiva hacia lo que significa la tarea de los ciudadanos en el contexto de una elección. Las razones para aceptar esa invitación revelan posiblemente el éxito de una estrategia de comunicación educativa del entonces IFE. Como reflejan los datos del citado estudio, los jóvenes albergan sentimientos encontrados con relación a los procesos electorales y su participación. Aunque 38% manifestó estar dispuesto a participar en una actividad ciudadana, voluntaria y claramente identificada con la defensa de la democracia. En este contexto, podemos decir que tenemos el reto de incidir positivamente para que un mayor número de jóvenes participen en el proceso democrático. Uno de los fines del Instituto Electoral de Querétaro es la promoción del fortalecimiento de la cultura política y democrática de la sociedad queretana, a través de la educación cívica y la capacitación electoral. Por ello, trabajamos para formar ciudadanía en nuestros niños, niñas y jóvenes, quienes constituyen un capital electoral potencial importante, y con el que México contará en las próximas décadas. *Presidenta del Consejo General del Instituto Electoral de Querétaro (IEQ)

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