A lo largo de su historia las comunidades de fans -antes conocidas comúnmente como clubs de fans- han tenido como propósito fundamental apoyar a sus bandas, artistas o figuras publicas predilectas, ya sea consumiendo sus artículos, asistiendo a sus eventos o reproduciendo sus distintos contenidos publicados ahora en las diferentes redes sociodigitales disponibles en el ciberespacio. Sin embargo, uno de los casos más representativos de la llamada cultura fan hoy en día, sería el de las agrupaciones globales de fans de las diversas expresiones culturales que se desprenden de la Ola Coreana -industria cultural contenedora de varias manifestaciones culturales surcoreanas-, particularmente de la música pop, también denominada K-pop.

Los integrantes de estas comunidades -distribuidas en fandoms, fanbases y fanpages- provenientes de diferentes partes del mundo han cobrado relevancia y se han destacado en las redes sociales por su constante labor organizada en favor de la promoción y difusión de sus celebridades coreanas favoritas. Para esto, hacen uso de una serie de recursos creativos y colaborativos de común acuerdo que les permiten alcanzar un grado de interacción más cercano con los idols, al tiempo que buscan la manera de posicionar, a través del uso de hashtags en Twitter, el nombre de los artistas o agrupaciones que deseen impulsar.

Los fans en la era de la cultura digital
Los fans en la era de la cultura digital

Un ejemplo de este ejercicio en el contexto mexicano al cual podemos recurrir sucedió el pasado 17 de febrero de 2021. En aquella ocasión, el ARMY en México -nombre con el que se le conoce mundialmente a la comunidad de las y los fans de la banda de K-pop BTS- logró, luego de una intensa campaña de promoción en redes de la etiqueta #JHopeEnBBVA, que la torre del banco BBVA en México, ubicada en una de las avenidas más importantes de la capital, se encendiera con motivo del cumpleaños del miembro de la banda, JHope, hecho que nos permite observar cómo estos colectivos organizados de personas que comparten un determinado interés, alcanzan sus metas gracias al trabajo en conjunto que realizan en redes.

Asimismo, vale la pena señalar que las labores que llevan a cabo estas comunidades no se limitan únicamente a posicionar a sus artistas en el espacio digital, pues los miembros de las distintas agrupaciones de fans existentes se reparten una serie de tareas, que pasan por la traducción y el subtitulado de contenidos audiovisuales coreanos hasta la administración de páginas de Facebook enfocadas en un grupo o artista en particular. Esto con el único objetivo de seguir aportando su granito de arena en la promoción de sus aficiones, derivadas, en este caso, de la Ola Coreana.

Para invitar a la reflexión, por último, habría que preguntarnos dos cosas: a partir de las posibilidades que ofrecen las redes sociodigitales, estas comunidades de fans ¿estarían adquiriendo mayor visibilidad entre sus artistas, y de ser así, qué implicaciones traería esto para los fans? Y, ¿hasta dónde puede llegar el compromiso de los fans con el objetivo de mostrar su apoyo a las figuras públicas de su preferencia?

Adriana Robledo Sánchez

Licenciada en Antropología Social

y estudiante de la Maestría en Comunicación y Cultura Digital

Google News