Para contrarrestar la discriminación y la violencia que impactan de manera diferenciada y negativa en las mujeres se requieren políticas públicas eficaces desarrolladas desde el conocimiento y la aplicación de los objetivos y compromisos convenidos internacionalmente con respecto a la igualdad sustantiva y el empoderamiento de las mujeres.
Para ello, es necesario identificar y reconocer las actitudes discriminatorias y estereotípicas que, de manera persistente y generalizada, invaden los programas municipales que, al carecer de una verdadera perspectiva de género, se transforman en obstáculos para el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Estado mexicano ante la comunidad internacional, especialmente los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los estereotipos de género han sido claramente identificados en la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) como algo que impide el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. El Comité de la CEDAW ha señalado que los estereotipos de género perpetúan la violencia, el abuso, la pobreza y la falta de oportunidades.

Los estereotipos de género son suposiciones simplistas sobre las mujeres, basadas en normas, prácticas y creencias sociales, culturales y religiosas, que reflejan y perpetúan relaciones de poder rígidas que obvian las habilidades, potenciales, carencias, desventajas y entornos individuales e inherentes a las mujeres, por lo que su enraizamiento en las políticas y programas públicos son siempre perjudiciales.

Los estereotipos de género entorpecen la habilidad de las mujeres de alcanzar su potencial ya que limitan sus elecciones y proyectos de vida. La identificación, atención y erradicación de los estereotipos requiere de conocimientos técnicos y experiencia en el desarrollo metodologías sustentadas en la investigación académica y los lineamientos internacionales que se han perfeccionado a lo largo de décadas.

La falta de conocimientos y la improvisación en materia de derechos humanos de las mujeres y erradicación de la violencia de género forman los cimientos de la discriminación explícita y encubierta, directa, indirecta y reiterada que tiene consecuencias negativas en la igualdad sustantiva de jure y de facto que como autoridad el municipio debe garantizar a las mujeres en todos sus ámbitos de competencia. Desafortunadamente, cuando faltan cono-cimientos sobre el tema se generan políticas públicas y programas que, aun cuando no tienen esa intención, causan daños a las mujeres y niñas del municipio.

Para transformar la realidad de las mujeres es necesario un esfuerzo coordinado para trastocar la cosmografía de la desigualdad entre los géneros. Es por tanto necesario que todos los programas y políticas en materia de igualdad, atención y erradicación de la violencia contra las mujeres se rijan por altos estándares de calidad para garantizar que se traduzcan en el respeto y protección de los derechos humanos de las mujeres.

Titular de Aliadas Incidencia 
Estratégica e integrante de la 
Red Nacional de Alertistas. 
Twitter: @mcruzocampo 
FB: maricruz.ocampo

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