Hace unos días, la actriz y cantante Susana Zabaleta escribía en su Twitter con respecto a su percepción del gobierno de Andrés Manuel López Obrador: “Tristemente, sí me equivoqué. Perdón por mi estúpida esperanza y por pensar en un México que todos queríamos. Lo sé, es decepcionante”.

A juzgar por los 28 mil likes, más de 5 mil comentarios y 8 mil veces compartidos que reunía el post tan sólo hasta el mediodía de ayer, el escabroso (por decir algo) manejo que está dando el Gobierno de México a sectores como la cultura, la ciencia, la tecnología, la educación y hasta la administración de las instituciones de salud pública, está mermando la confianza de sectores como el de los artistas, intelectuales, científicos, estudiantes y profesionistas, quienes en las pasadas elecciones fueron algunos de los principales impulsores de la candidatura de López Obrador a la Presidencia de la República.

Ayer, en una nota publicada en EL UNIVERSAL, miembros de la comunidad cultural de México se pronunciaban en contra del tratamiento que la agencia de noticias del gobierno federal Notimex dio a la información sobre los artistas beneficiados por el programa de becas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA).

El escritor Alberto Ruy calificó la publicación de Notimex como un intento de destruir el FONCA y golpear, de paso, a los intelectuales. El también escritor, Mauricio Montiel, afirmó sentirse criminalizado y señaló que era un ataque “artero” por parte de la agencia noticiosa con el objetivo de “desmantelar un organismo que, pésele a quien le pese, ha contribuido a mejorar el rostro cultural de México con resultados buenos y sobre todo ostensibles”.

Y es que eso de demoler instituciones parece que se la da muy bien al Presidente de la República. Primero lo vimos con la desaparición de los subsidios a las estancias infantiles y a los refugios para mujeres víctimas de violencia familiar, con el pretexto de entregar los recursos directamente a los beneficiarios.

La misma receta la volvió a aplicar apenas esta semana, cuando Andrés Manuel López Obrador anunció la desaparición del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed) y la entrega “directa” de los recursos federales a las escuelas beneficiadas a través de comités de padres de familia.

Mención aparte se merecen casos como la lamentable reducción de subsidio a los Centros Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), así como a otros proyectos y laboratorios donde se realiza el desarrollo científico y tecnológico del país, misma que está generando desánimo y confusión entre la comunidad científica de México, a la que López

Obrador ha llamado “burocracia dorada” y que incluso forzó a los investigadores a integrar el Frente de Educación Superior, Ciencia e Investigación, con el que buscan revertir la afectación a investigaciones y producción académica. Otros decepcionados del nuevo gobierno de izquierda, del que esperaban más apoyo.

Estos desencuentros tarde o temprano representarán una merma al capital político de AMLO. Tan sólo echemos un vistazo al #AMLOTrackingPoll que lleva Consulta Mitofsky para medir la aprobación del titular del Ejecutivo Federal, que va en una tendencia hacia la baja: en abril pasado, era de 64.6 puntos. Hace 15 días, 64.2; hace una semana, 63.6; el 19 de junio, 62.2 y ayer, 62.0.

Quizá este descenso en la aprobación/ desaprobación del señor Presidente esté lejos de prender las alarmas en Palacio Nacional. Sin embargo, no perdamos de vista que apenas han transcurrido seis meses de esta administración y que todavía faltan cinco largos años de gobierno. ¿Hasta cuándo podrá el gobierno de AMLO utilizar el discurso anticorrupción para desarticular a las instituciones?  Yo nada más digo que científicos, profesionistas, investigadores, intelectuales y miembros de la comunidad cultural no son ni “burócratas conservadores”, ni “minoría fifí” ni “derechairos, ni cualquier otro epíteto despectivo con el que el Presidente la emprende contra cualquiera que puntualiza las fallas de su gobierno. AMLO se está equivocando.

#CuidadoConElTigre

Licenciada en Periodismo y Comunicación UAQ

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