Claudia Sheinbaum dijo que naranja, Hugo López-Gatell dijo que rojo. Se refieren ambos al color del semáforo epidemiológico para la Ciudad de México. Y dejan a la vista las profundas incongruencias; improvisaciones y rencillas dentro del gobierno de la 4T. Además, nos han mostrado de qué lado está el presidente Andrés Manuel López Obrador. 
 
El semáforo epidemiológico se anunció en junio de 2020. El color lo definía la Secretaría de Salud en ese momento de acuerdo con varios lineamientos, entre ellos tasas y tendencias de contagios, hospitalizaciones y muertes. Al haber 93 mil casos y 10 mil muertes, el país entero arrancó en rojo, alerta máxima, salvo Zacatecas que estaba en naranja. 
 
La Ciudad de México dejó de estar en rojo y pasó a naranja el 29 de junio del 2020 cuando había 220 mil 600 casos y 27 mil 121 muertes reportadas en el país. Todo para volver a regresar al rojo, con cierre de actividades, a partir del 19 de diciembre del 2020 ante el aumento de casos y muertes: 1 millón 313 mil y 117 mil 876 respectivamente. 
 
Esto aun cuando apenas el 11 de diciembre López-Gatell había dicho que el color del semáforo era “hasta cierto punto intrascendente”, que estábamos en alerta por Covid-19 y que por ello debíamos cuidarnos. 
 
Ahora que estamos en la tercera ola con 3 millones de casos y casi 245 mil muertes, el subsecretario Hugo López-Gatell dijo que la CDMX y otros seis estados regresaban a rojo en el semáforo epidemiológico a partir del lunes pasado. Lo hizo utilizando datos de Conacyt que estima, entre otras cosas, la tasa de reproducción efectiva de Covid-19. Los lineamientos completos para definir el color del semáforo se pueden encontrar en https://bit.ly/3jPf8PU.Pero la jefa de Gobierno dijo que no, que la CDMX se quedaba en naranja y que no habrá cierre de actividades. 
 
¿Quién tiene la razón? ¿Sheinbaum o López-Gatell? Si nos atenemos a lo que dice el presidente López Obrador, la razón la tiene la jefa de Gobierno. Ayer en la conferencia mañanera AMLO dijo: “Ya se decidió, porque corresponde al Gobierno de la Ciudad, que se tiene semáforo naranja, y eso es lo que se está llevando a cabo”. Pero si vemos los datos del gobierno que López Obrador preside, la CDMX está en rojo, de acuerdo con los lineamientos de la Secretaría de Salud que es la que tiene las atribuciones para determinar los colores del semáforo epidemiológico. Así que si consultamos los datos de la página web del gobierno (https://coronavirus.gob.mx/semaforo/), la CDMX está en rojo, pero si escuchamos al presidente, está en naranja.  
 
La verdad es que el semáforo epidemiológico ha funcionado con una lógica política más que como una herramienta para manejar la emergencia de salud. Por un lado, López-Gatell tiene meses que dijo que el semáforo es irrelevante. Por el otro, el presidente dice que el color lo pueden definir los gobiernos locales (quiero ver si eso pensaría si Alfaro cambia el color del semáforo en Jalisco a su antojo). Un presidente que debería preocuparse por la población, antes que nada, está defendiendo a su jugadora consentida de cara al 2024, incluso si eso significa ir en contra de los lineamientos de salud que su gobierno fijó para lidiar con la pandemia. 
 
En esas manos estamos.

Ante la derrota de Morena en la CDMX, la jefa de Gobierno ha decidido que ni ve ni escucha a los alcaldes electos de la oposición. Claudia Sheinbaum no quiere reunirse con ell@s. En el caso de Álvaro Obregón, la alcaldesa electa Lía Limón ha reportado que se han negado a iniciar la transición. No entregan las cuentas. Ante ello la pregunta obligada es ¿qué ocultan en esa alcaldía que gobernó (es un decir) la próxima gobernadora de Campeche, Layda Sansores?

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