La semana más intrascendente del año en el deporte se convierte en todo lo contrario. Es, ahora sí, la semana de la final; por fin, después de tantos días, el Monterrey ya está en México y el América aburrido, listo para concentrarse y buscar su título 14 en la historia.

Curiosamente, dos entrenadores que no ganaron en el Monterrey, que confió plenamente en Miguel Herrera para llevarlo al campeonato, pero dos veces se quedó en la orilla, perdiendo las finales del Apertura 2004 y Apertura 2005, pero con el América se convirtió en ganador, en todo un referente y está a punto de volverse el más ganador de la historia azulcrema. Tiene dos títulos de Liga con América (Clausura 2013 y Apertura 2018), además de la Copa MX de 2019.

La misma historia con Antonio Mohamed y Rayados, a los que no ha podido darles un título de Liga, pese a tener dos finales en casa. La primera, contra el Pachuca en el Clausura 2016, y la más dolorosa, al caer ante los Tigres en el Apertura 2017.

Mohamed le dio un título de Liga al América (Apertura 2014). Esa vez sí pudo derrotar a los Tigres en la final, momento en que se terminó su contrato y no lo renovaron en el América, simplemente por continuos actos de indisciplina que no fueron tolerados por el hoy presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Yon de Luisa. Pero Mohamed parece haber madurado. Ya no hay viajes relámpago a Argentina y abandono de concentración; le ha dado sentido a su carrera y regresó a casa, a su verdadera casa, a Monterrey, al que sacó del oscurantismo en que vivía con el timorato Diego Alonso.

Son dos de los mejores entrenadores en la historia reciente del futbol mexicano. Junto con Ricardo Ferretti, serían el triunvirato más efectivo y ganador de la última década. Hoy están frente a frente, en una final inédita, porque —pese a las grandes inversiones y constantes finales de estos dos equipos— nunca se han visto las caras para definir el título.

A los equipos del norte, llámense Rayados o Tigres, les hace falta un rival de penetración nacional, salir de la burbuja en la que viven y encontrar una real, sensata y pareja rivalidad. Hoy, los eternos adversarios del América están lejos de estos niveles. Ni Pumas, ni Cruz Azul, ni mucho menos Chivas, están a la altura deportiva, de inversión y de éxito que han tenido los tres mencionados. Es momento de trascender para los Rayados de Monterrey, es el rival ideal y con el escenario perfecto, porque no habría nada más doloroso para la historia arrogante y ganadora del América que ser vencido en su propio campo.

Tema menor parece ser el césped del Estadio Azteca, pero el sábado pasado —a una semana de la final— recibió el evento de fin de año de Antorcha Campesina, utilizando el campo al estilo concierto de rock, algo que podría afectar. Si de por sí, después del partido de la NFL entre Chiefs y Chargers quedó hecho un muladar... Esperemos, por el bien de la final, que no sea un factor.

Una delicia ver a Rayados y América, a Mohamed y Miguel, equipos y entrenadores que han marcado la Liga MX en los últimos tiempos.

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