David Hollingsworth, originario de Montreal, Canadá, conoció Puerto Vallarta, Cancún y la Ciudad de México, entre otros lugares del país, pero cuando visitó Querétaro se sintió en casa, como si su destino fuera esta ciudad, por lo que junto con su novia, Fernanda Aguilar, decidieron asentarse en la capital queretana, para que él pudiera trabajar de tatuador.

Fernanda, nutrióloga oriunda de la Ciudad de México, explica que se conocieron por internet hace cinco años. Dice que han encontrado en Querétaro un buen lugar para vivir y que no le gustaría regresar a la capital del país, pues “uno se acostumbra muy rápido a lo bueno”, abunda.

David y Fernanda se encuentran dentro del Red Panther, establecimiento especializado en tatuajes, a donde un machete con la leyenda “No fotos”, advierte que no está permitido tomar imágenes.

Un serrucho con la leyenda “Tatoo remove” también advierte que ya hecho, no hay marcha atrás.

Fernanda explica que David no habla mucho español, a pesar de que tiene ya tres años de residencia en el país, pues la mayoría de sus amistades mexico-canadienses le hablan en inglés.

Dave, de 30 años de edad, indica que cuando visitaron Querétaro él y Fernanda se sintieron bienvenidos, como si estuvieran en su casa, por lo que decidieron asentarse en la ciudad.

Comenta que lo que más le llamó la atención fue el clima, que no hay tantos congestionamientos viales, el trato de las personas y que es una ciudad tradicional.

Indica que tuvo que tener mucha paciencia para entender cómo son las cosas en México, en comparación a Canadá, entender la forma de ser de los mexicanos, pero no se arrepiente de haber tomado la decisión de vivir en México.

Dave y Fernanda platican al interior del local de tatuajes, donde los diseños hechos por él lucen en los muros, como una especie de catálogo. Ambos explican que el estilo del negocio y los tatuajes es “old american”, con mucho color y diseños elaborados, muy atractivos a la vista.

A un costado hay un sillón rojo, que es flanqueado por un par de imágenes plasmadas en los muros, que dan una personalidad muy especial al sitio. En el lugar donde Dave tatúa a los clientes, una bandera de Canadá está presente, ocupando un lugar especial.

Amor a la comida mexicana

Cuando se les pregunta si se adaptaron pronto a la comida mexicana, David y Fernanda ríen y él dice que sí, que subió de peso desde que se mudó a México. Su platillo favorito es el mole con pollo, además de toda la comida oaxaqueña.

Cuenta que lo que extraña de Canadá es variedad de comida, pues por la diversidad cultural se puede encontrar comida china, hindú, japonesa, de casi todo el mundo, además que incluso la rápida tiene un sabor diferente.

Dave reconoce que cuando vivía en Canadá además de hacer tatuajes, también hacía trabajos de construcción. El arte de tatuar, dice, lo adquirió cuando estuvo como aprendiz en el taller Jolly Rogers.

Señala que no ha sentido ningún trato distinto hacia su persona por parte de los queretanos u otros ciudadanos del estado, pues la mayoría de la gente es amable, y se ha sentido muy aceptado por todo el mundo.

Comenta que la diversidad cultural es sorprendente en el estado; en cuanto a la migración, aunque todos los países tienen sus leyes y reglamentos para aceptar a ciudadanos extranjeros, asegura que tuvo que cumplir ciertos trámites para vivir en México.

“La inmigración es algo hermoso y la diversidad y aprender de otras culturas, y de otros modos de vida, pero [estoy] obedeciendo y aprendiendo las leyes del país”, abunda.

Presencia canadiense

La charla transcurre entre inglés y español. David habla en inglés y cuando es necesario Fernanda traduce.

“Me hace falta aprender más español”, reconoce el tatuador y agrega que lo primero que aprendió a decir en español fueron las groserías.

El joven señala que tiene amigos canadienses y mexicanos, que viven en Monterrey, Nuevo León, así como estadounidenses, además de que tiene de vez en cuando clientes extranjeros que los visitan para hacerse un tatuaje, pues Dave ha participado en exposiciones y eventos internacionales, por lo que tiene una reputación en el mundo del tatuaje.

Destaca que su país es muy civilizado y tiene una gran diversidad cultural. Su gente recibe con los brazos abiertos a los visitantes, pero lo malo es el clima. “Son ocho meses de frío, dos meses lluviosos y unos cuantos de clima agradable”, abunda.

Sobre México y Querétaro, Dave apunta que a sus paisanos les diría que el país es increíble, que tendrían que vivirlo personalmente (él invita a sus amigos a visitarlo), pues muchas veces los medios de comunicación no le hacen justicia al país y le gustaría que ellos mismos lo vean, que no es un territorio hostil y tiene muchos lugares donde se puede vivir.

David y Fernanda se ven felices y tranquilos. Ríen con la sesión fotográfica, hacen bromas. Se sienten bien en Querétaro y se nota.

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