Una vez que los tres aspirantes independientes, Zavala, Rodríguez y Ríos, cumplieron y cubrieron los requisitos legales para poder solicitar su registro como candidatos a competir por la Presidencia, el INE les dio luz verde para pedir su intención de registro, pues no no hay pase automático; aún falta la validación de firmas y la acreditación de otros requisitos formales para que puedan participar legalmente como candidatos, al igual que los otros tres aspirantes, apoyados por las 3 coaliciones electorales conformadas por los 9 partidos con registro. Los seis aspirantes aún deben cumplir con las exigencias que pide el Artículo 383 de la LGIPE para ser registrados y poder iniciar campaña el día 30 de este mes. Por lo pronto los independientes deberán presentar la carta de intención ante el INE. La inequidad entre los 6 seguirá vigente: unos tienen años en campaña y otros apenas iniciaron el recorrido. De ahí las diferencias en el conocimiento y las preferencias electorales. Los adelantados han hecho campaña en los medios de comunicación con dinero de las prerrogativas y recorriendo toda la República Mexicana, por eso son ampliamente conocidos; los otros, los menos conocidos, no han hecho campaña y la ciudadanía poco sabe de ellos. Por eso la inequidad política.

Por primera vez, como si se hubiese abierto el periodo de campaña, todos los aspirantes a la Presidenciafueron invitados a la 81 Convención Bancaria; tuvieron la oportunidad de ser vistos y escuchados y recibieron “el mismo trato”, aunque no los mismos aplausos, por el contenido de sus exposiciones. De los 6 aspirantes, José Antonio Meade Kuribreña se llevó las palmas de los asistentes, seguramente por el buen manejo del auditorio, el dominio de los temas económicos y financieros y por su conocimiento de la problemática nacional. Y los aspirantes, todos, no dejaron pasar la oportunidad para criticar a sus oponentes. La campaña continúa. Los miembros del poder económico en pleno seguramente tendrán mayores elementos para valorar por quién sufragarán en julio y su influencia la harán notar en el medio. Los aspirantes tuvieron la oportunidad de darse a conocer entre el grupo más poderoso que facilita el financiamiento, fundamentalmente para la inversión, y su interés es evidente. Las acciones se empiezan a enfilar hacia lo que será el proceso de campaña en el que estarán presentes los 6 personajes que coincidieron y expusieron de manera civilizada, casi colegiada, lo que no había sucedido hasta entonces.

Las confrontaciones de ideas más evidentes se dieron entre José Antonio Meade y Ricardo Anaya por aquello del delito de lavado de dinero en el que se encuentra inmerso el presidenciable del PAN y el supuesto uso faccioso, según él, de la PGR en su contra. Anaya ha dicho que meterá a la cárcel al mismo Peña Nieto y amenaza con utilizar a la misma PGR, a la que ahora critica. ¿Quién lo entiende? En tanto que Meade Kuribreña dijo que él promovería una PGR autónoma. Una disputa de ideas que pondrían en práctica, en caso de ganar, y en la que salió avante José Antonio Meade. Anaya dejó en claro que es poseedor de ideas radicales y contradictorias, así como de su endeble conocimiento del estado de derecho, al igual que sus peligrosos deseos de venganza, sin importarle si sus “enemigos políticos” son o no responsables de hechos delictuosos, derogando por completo la presunción de inocencia consagrada en la Constitución. Seguramente esto no dejó satisfechos a los banqueros: una peligrosa idea que se convierta en acciones el día de mañana podría ser una autoritaria amenaza para la estabilidad social y política del “sistema jurídico mexicano”.

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