Gregory Hemingway en su libro “Mi padre el verdadero Hemingway” dice nadie, escribió tanto sobre la libertad como su padre y cita: “Los átomos no sueñan Gyg, no tiene caso que te engañes viejo” y, “Cuando enterramos a papá, alguien comentó que, pasaría mucho tiempo antes de que la humanidad viese otro hombre como él; yo, yo no lo volvería a ver ¡jamás!” El significado de libertad, ha sido, es y tan variado como cambiante, dependiendo de la época, sociología, religión, moral, concepto jurídico y otros, sin olvidar que, cada uno tiene su propia definición. Carecemos de un concepto que denote con precisión a la libertad. Hablar de que el conflicto es entre la libertad y la autoridad o la libertad y el poder público, es inexacto porque ambos extremos son indispensables en una sociedad bien ordenada y porque el anarquismo, es decir, la libertad sin autoridad aún constituye un ideal impracticable, por mucho que, en momentos de desesperación “the law´s delay, the insolvene of office” del que hablaba Hamlet. Es un hecho irrefutable: La amenaza a la libertad, el peligro de que acabe de desaparecer de la civilización contemporánea, proviene de una dirección de un sector, por encima de todos los demás, de la sociedad organizada, del llamado estado o por escribir con mayor precisión, del gobierno, del aparato directivo y coactivo de la sociedad.

El común denominador de todas las doctrinas contrarias a la libertad, intervencionismo, fascismo, socialismo, nazismo, comunismo, es el estatismo; es decir, la desorbitación y exageración del papel del estado, o con mayor exactitud del gobierno, por lo cual el término propio sería el de gobiernismo, el cual a la vez que agente o instrumento de los planes para transformar la sociedad, asume la función de restringir o suprimir la libertad individual; en efecto, hasta que la voluntad individual se pueda o desee ir disminuyendo lo anterior.

¿Está la libertad en peligro? La pregunta es ociosa y clara, así como la respuesta. Casi todos rendimos a la libertad lo que en inglés se llama “lip-service”; es decir, nos declaramos partidarios de ella, o la elogiamos… pero de dientes para afuera, pues tan pronto pasamos de lo abstracto a lo concreto, de los dichos a la realidad, la inmensa mayoría de nuestros contemporáneos son, si no enemigos de la libertad, tampoco convencidos o sinceros en su supuesta adhesión, que nada eficaz están dispuestos a hacer en su defensa. (Continuará)

Especialista en Derecho del Trabajo, 
Certificado por el Notariado de la Unión Europea.

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