No hay nada más reprobable que lucrar con la tragedia. Desde subir selfies mientras se hacen actos de caridad para ganar likes, hasta lucrar con la tragedia ajena para ganar adeptos; sin embargo, ésta ha sido siempre la manera de operar de Morena, un partido lleno de manipulación, contradicciones y odio en cada una de sus acciones.
Es por ello, que no hay ninguna sorpresa en los recientes hechos de opacidad y derroche de la Senadora y candidata de Morena Layda Sansores, a quien se le exhibieron facturas, con cargo a todos los mexicanos, por productos como tinte para el cabello, ropa y maquillaje. Este tipo de acciones demuestra lo alejada que está de la realidad.
Otra contradicción que permea en el actuar de Morena es el servicio médico prestado por Félix Dolorit hacia Andrés Manuel; pero una de sus propuestas de campaña es quitarle el seguro popular a 53 millones de mexicanos. Incongruencia y opacidad de los que se autonombran los incorruptibles poseedores de la verdad.
Y así veremos a Andrés Manuel, lavándose las manos como Poncio Pilato, sin reconocer la corrupción y engaños de sus candidatos y militantes. Los nombres de personajes como Napoleón Gómez Urrutia, José María Riobóo, Luis Miguel Barbosa entre otros que abanderan a Morena solamente fingen representar un cambio, pero representan lo peor de la política.
El domingo pasado la selección mexicana nos dio una lección, que independientemente de lo que digan los sondeos y encuestas, lo único que cuenta es el resultado final. A millones de mexicanos nos toca ahora defender la democracia este primero de julio, en la cual a través del voto le pondremos fin a ese pacto de mentiras e impunidad llamado Morena.