En la contraportada del libro La Tercerización Laboral, de dos destacados profesionistas argentinos, Victoria Basualdo y Diego Morales, compilación de varios trabajos en los que ellos coordinaron la obra, se puede leer: “¿En qué momento un problema se vuelve finalmente visible en la esfera pública, en la agenda de los políticos y los medios? ¿Debe mediar un acontecimiento desgraciado o trágico para que esto suceda?” y en México incluyendo desde luego Querétaro, las outsourcing por lo menos desde hace 10 años, ha mediado “un acontecimiento desgraciado o trágico” y por supuesto, en perjuicio de los trabajadores.

Antaño, nuestra legislación laboral consideraba la figura del intermediario, obligando a quien lo contrataba a ser corresponsable de las obligaciones laborales y de la seguridad social, para el caso de que el segundo, no fuese solvente y ser omiso en el cumplimiento de la ley.

Posteriormente se incluyeron en la Ley Federal del Trabajo, de una manera tímida, precaria y oscura, los artículos 15 A, B, C, y D para, supuestamente, sin lograrlo, legislar sobre el tema de la tercerización laboral. Los acontecimientos desgraciados y trágicos se observaron de inmediato: por ejemplo, varios despachos de abogados, exgerentes de recursos humanos, por lo general desocupados, pues no encontraron un trabajo digno que les permitiera una vida con honestidad, abrieron sus outsourcing; es decir, con violación a las leyes, supuestamente contrataban a los trabajadores, para que le prestaran sus servicios a un tercero, con el agravante de que el segundo, en algunos casos les indicaban, por ejemplo, pagarles $300.00 diarios; sin embargo, estos simuladores del Derecho, les pagaban el salario mínimo y con él, los tenían dados de alta en el IMSS; es decir, se quedan con la diferencia y además le cobran a los ingenuos que los contratan.

Hoy en día, el tema vuelve a surgir con gran intensidad, debido a una iniciativa que presentó Napoleón Gómez Urrutia, que nos parece la más adecuada, empero, ante la presión de varios propietarios de outsourcing, Ricardo Monreal, a efecto de no polarizar más a los legisladores, ha venido posponiendo el tema e incluso se han abierto Parlamentos Abiertos, para discutir, supuestamente con académicos, sindicatos y empresarios, el tema. Quizá se pongan de acuerdo, esta semana.

No debemos perder de vista la postura de la Lic. María Luisa Alcalde Luján secretaria del Trabajo y Previsión Social, hija de mi condiscípulo en la UNAM Arturo Alcalde Justiniani, y quien ha desempeñado un papel excepcional, no sólo en la defensa de los trabajadores, sino en ayudar a adecuar nuestra legislación a las necesidades actuales y de acuerdo a las exigencias del T-MEC. No la pierda usted de vista; sé que es muy temprano para afirmar lo siguiente; empero, no sería difícil que María Luisa, sea la primera presidenta de México. Tiene juventud, preparación y una voluntad inquebrantable a toda prueba, por hacer realidad la Justicia Social. (Continuará).

Desde luego amig@ lector@, usted tiene una mejor impresión.

Especialista en Derecho del Trabajo, Certificado por el Notariado de la Unión Europea.

lopezaso@outlook.com

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