-¿Alienación paternal?

—En el siglo XVI, María Luisa, era una hermosa y joven mestiza que se enamoró de un español rico y se fue a vivir con él, procreando tres hijos. Tiempo después, don Nuño viajó a España, prometiéndole a María Luisa volver para casarse con ella.

—Y no regresó.

—Sí regresó. Pero casado con una mujer muy joven y rica, de su alcurnia, la cual, como castigo divino, dicen, no le pudo dar hijos. Entonces don Nuño fue a buscar a María Luisa.

—¡Decidió volver con ella para vivir felices con sus tres hijos!

—No. La fue a buscar acompañado de varios soldados, y le informó que se llevaría a vivir con él y con su esposa, a sus tres hijos.

—¿En serio?

—Sí. Entonces, cuando los soldados ya habían agarrado a los niños, María Luisa les suplicó que le permitieran despedirse de ellos a solas. Don Nuño concedió el permiso. Pasó el tiempo, y como no salía a entregar a los pequeños, entraron y  se llevaron una enorme sorpresa cuando vieron, en medio de un charco de sangre, muertos a los tres pequeños y a su madre, llorando sobre sus cuerpecitos.

—Abuelito, me estás espantando. Eso no es cierto, ¿verdad?

—Tan cierto, que María Luisa fue condenada a morir quemada, y la noche cuando la llevaban descalza, con una bata blanca y el cabello suelto, con dirección a la hoguera, ella solamente gritaba desgarradamente:

—“¡Ay, mis hijos! ¿Dónde están mis hijos?”. Y ese grito se repitió una y otra vez, mientras el fuego abrazaba su cuerpo: “¡Ay, mis hijos!”.

—No conocía la verdadera historia de “La llorona”.

Las lloronas
Las lloronas

—El asunto es que ese caso se ha repetido una y otra vez en México. Por ejemplo, en Tlalpan, en agosto de 1982,  acusaron a Elvira Luz Cruz de asfixiar a sus cuatro hijos, por temor a que su esposo se los llevara a vivir su nueva mujer. Aunque ella declaró que lo hizo porque no tenía para darles de comer. Y después intentó suicidarse.

—Mis amigos me contaron que acá en Querétaro, también está el caso de La Mijangos, que fue reina de belleza de Mazatlán, y también mató a sus tres hijos, en 1989 después de una pelea con su esposo. Y la historia de acaba de repetir este 2 de agosto en San Juan del Río. Una señora de 35 años mató a sus dos hijos, porque  su esposo se había ido con otra mujer.

—En marzo de 1983 Evangelina Tejera, reina del Carnaval de Veracruz, asesinó y enterró a sus dos hijos en las macetas  del balcón de su casa, bajo la influencia de las drogas en las que había caído por el abandono de su esposo.

—Pero, ¿qué tienen que ver las historias de nuestras “lloronas” mexicanas, con eso de la alienación paternal, Abuelito?

—Es la causa legal que obligó a Mireya Agraz, el 7 de junio en la delegación Magdalena Contreras, a que bebiera y les diera a beber veneno a sus tres hijos. El motivo fue que las autoridades, al asegurar que había convencido al niño y a las dos gemelitas de decir que su papá había abusado sexualmente de ellos en reiteradas ocasiones, había ejercido en ellos tres la alineación paternal.

—¿La mamá inventó todo?

—No. La mamá presentó todo tipo de pruebas y aún así, le quitaron la custodia a ella y le dieron la patria potestad al papá.

—¿Todas ellas gritan: “¡Ay, mis hijos!”?

—No. Lo que todas ellas gritan es justicia desde una perspectiva de género, desde una visión de madre, desde los zapatos de quien haría todo para evitar que sus hijos sufrieran fuera de su protección. La diferencia con todas las anteriores, es que ahora, hay un grupo de mujeres feministas que exigen destituyan a la juez que tomó esa terrible decisión.

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