Faltan tres años para que los partidos políticos tengan sus procesos internos para seleccionar candidatos rumbo a la elección del próximo Presidente de la República, pero en Morena andan muy acelerados y hasta enfrentados por el método que seguirán para elegir el suyo.

El presidente, Andrés Manuel López Obrador, líder moral de Morena, señaló el pasado 13 de julio que él consideraba las encuestas como el mejor método para elegir al candidato de su partido a intentar sucederlo. Después, el coordinador de los senadores del partido, Ricardo Monreal, señaló que el método de la encuesta estaba desgastado, pero le reviró el actual presidente de ese instituto político, Mario Delgado, asegurando que éstas eran el mejor instrumento para conocer la opinión de la gente en la selección de candidatos.

Sin embargo, al parecer no sólo Ricardo Monreal tiene dudas sobre las encuestas como método de selección. Muchos de los aspirantes a candidatos de Morena en el pasado proceso electoral cuestionaron ante la justicia federal las encuestas que aplicaba su partido. En total, hubo 34 aspirantes que se quejaron en el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TEPJF).

Varias de las impugnaciones fueron desechadas por no haber acudido a instancias partidistas previamente. Pero la queja de candidatos a presidencias municipales, diputaciones y gubernaturas de Morena fue constante: conocer las encuestas —y su metodología por las cuales habían sido descartados.

El TEPJF sí entró a fondo en dos asuntos: en el de la candidatura a la gubernatura de Zacatecas (JDC 407/2021) y en una diputación federal por Jalisco (JDC 755/2021). En ambos, Morena, al rendir su informe circunstanciado no presentó las encuestas hechas, ni su metodología.

Así, el común denominador es que muchos de los aspirantes (perdedores) a candidaturas de ese partido han tratado de conocer las encuestas y nadie lo ha conseguido. Al parecer, las críticas de Ricardo Monreal podrían tener sustento.

De hecho, la única encuesta de Morena que es conocida, al igual que su metodología y sus encuestadores, es la que ocasionó, en octubre de 2020, que Mario Delgado fuera electo presidente de ese partido. Pero, pequeño detalle, esa encuesta no fue hecha por Morena. Fue coordinada por el INE y elaborada por tres casas encuestadoras —Covarrubias, Demotecnia y Parametría—.

De los expedientes judiciales y las quejas de los militantes, parece que las encuestas de ese partido para seleccionar candidatos son más un dogma de fe que un estudio estadístico.

En estas condiciones, y derivado de la alta litigiosidad, parece difícil que el método de encuestas, de no transparentarse, pueda ser aplicado para las elecciones del año entrante. Y menos aún si se trata de la selección de su candidato presidencial en 2024.

Nada obliga a Morena ni a algún otro instituto político a escoger sus candidatos por encuesta. Hay otros métodos disponibles (designación directa, asambleas o insaculación). Pero seguir insistiendo, en Morena, que sus decisiones se toman vía encuestas, cuando éstas no aparecen y no se presentan en los informes a magistrados federales, me parece que puede dañar la confianza entre la militancia con la dirigencia. Sería mejor decir abiertamente que aceptan que usan el método “Vilchis” (al vil “chilazo”). A nadie sorprendería. El problema es uno de percepción, que dicen una cosa y hacen otra.

Cambiando de tema…

“Hoy en Telecom” da a conocer que ilegalmente se volvió a vender el padrón del INE. Así, en México se lucra con cualquier tipo de registro, desde los electorales, hasta los celulares. Vaya debilidad del Estado. Qué preocupante para los ciudadanos, quienes entregamos nuestros datos, incluidos los biométricos, esperando se mantengan en reserva.

Twitter: @JTejado

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