En esta sexta entrega sobre la historia de la Bioespeleología en México, abordaremos algunos aspectos de la importancia de las Cuevas de México, en cuanto a las asociaciones de exploración subterránea en nuestro país y en el mundo, ya sea para realizar estudios científicos o para actividades deportivas extremas.

Como hemos mencionado a lo largo de muchas décadas entre los siglos XIX y XX y los que se continúan en la actualidad en el siglo XXI, muchos investigadores así como también espeleólogos físicos y/o espeleistas tanto del extranjero como mexicanos, han incursionado en gran número de cavernas en nuestro país, tanto para llevar al cabo estudios de Geología y Biología subterránea, como para registrar grandes sistemas de exploración, entre simas, tiros verticales y pasajes subterráneos.

Pero estos recintos hipógeos, con ambientes microclimáticos parcialmente estables y con obscuridad extrema, llegan a presentar topografías internas tan disímbolas como su origen, ya sea en cavernas de origen volcánico, o tubos lávicos, los cuales son muy intrincados en su formación, o también las cavernas de origen sedimentario o de roca caliza, conocidas como grutas, las cuales son formadas por cursos de agua como ríos, que llegan a penetrar a través de fracturas o fallas y que junto con la reacción del agua con el bióxido de carbono constituye el ácido carbónico, con el cual a lo largo de millones de años se han ido moldeando las cuevas, constituyendo en estos casos, algunos sistemas de cavernas de dimensiones colosales.

Por ello, cabe destacar, como ya se mencionó en otras de las entregas, que nuestro país se considera país de cavernas, de las cuales ha llegado a registrar mas de 7,000 cuevas el Geógrafo y Espeleólogo Carlos Lazcano Sahagún, pero esta cifra, representa sólo un fragmento de lo que realmente pudiera existir en riqueza subterránea.

Pero a su vez, debido a la gran importancia de estos sistemas subterráneos en México, es que existen asociaciones de Espeleología tanto en Europa como en América, que a lo largo de muchos años han organizado expediciones exclusivamente para explorar nuestras riquezas subterráneas.

Entre estas asociaciones destaca la Association for Mexican Cave Studies (AMCS [Asociación para el Estudio de Cuevas Mexicanas]) con sede en Austin, Texas, que fue oficialmente fundada en 1965, pero sus antecedentes fueron diversas expediciones a zonas de cavernas en México alrededor de los años de 1950, principalmente en regiones de Xilitla en San Luis Potosí y en Tequila, Veracruz. Posteriormente a su fundación, la AMCS, empezó a difundir sus hallazgos en boletines o revistas, donde muchos Espeleólogos o Espeleistas se documentaban para explorar diversas regiones de cavernas de México.

Pero también en nuestro país, existen y han existido asociaciones de entusiastas espeleólogos y espeleistas, que a lo largo de muchos años han explorado diversos paisajes subterráneos, pero fue en 1990, cuando se consolidó la iniciativa de unir esfuerzos con todas ellas, a través de la constitución de la Unión Mexicana de Agrupaciones Espeleológicas (UMAE), para dar respuesta a diversas temáticas de estudio y deporte extremo, así como para difundir la conservación de cavernas y el desarrollo de un ecoturismo de las cuevas de México, por citar tan sólo algunas de las temáticas abordadas por la UMAE, la cual actualmente también cuenta con un boletín o revista de la UMAE, donde se dan a conocer algunos de los hallazgos subterráneos recientes en México. Aunque como explicamos en entregas anteriores, también se fue documentando a lo largo de estos siglos, una literatura científica cavernícola especializada que ha incluido la descripción de muchas especies de organismos hipógeos, así como estudios sobre ecología subterránea, en diversidad de revistas científicas en el mundo.Adicionalmente, podemos mencionar que gran parte de la riqueza de cavernas reconocida para nuestro país, ha sido documentada a través de varios libros del Geógrafo Lazcano Sahagún, así como a través de la difusión de expediciones realizada por la AMCS y la UMAE, de donde se han registrado hasta el momento, la existencia mas de 250 cavernas que sobrepasan mas del kilómetro y medio de longitud y unas 30 de éstas tienen un desarrollo subterráneo de más de 10 kilómetros. Entre estos sistemas destacan por ejemplo dos sistemas subterráneos de cavernas inundadas, el primero es Ox Bel Ha en Quintana Roo, el cual tiene unos 172 kilómetros de pasajes explorados y el segundo Sac Aktún, con mas de 157 kilómetros en todos sus pasadizos.

También en nuestro país se han documentado algunas de las cavernas mas profundas del mundo, de las cuales se han registrado mas de 270 cavernas que sobrepasan los 200 metros de profundidad. De éstas 50 presentan mas de 500 metros de profundidad y nueve superan los 1000 metros. Como ejemplo de cavernas de menos 1000, destaca el Estado de Oaxaca, que cuenta con tres de éstas cuevas, que son el sistema Cheve, con 1484 metros de profundidad, el sistema Huautla, con una longitud de 62 kilómetros y una profundidad de 1,475 metros, y la cueva Charco con 1,278 metros.

Asimismo, destacan los grandes abismos en México, los cuales tienen una caída libre o tiros verticales de grandes profundidades y dimensiones, entre estas cuevas se registran unas 190 que sobrepasan los 100 metros en caída libre, de éstas mas de 30 son de mas de 200 metros y unas ocho de mas de 300 metros de caída vertical, que representan unos de los abismos mas hondos del mundo. Entre estos últimos destacan el Sótano del Barro en Querétaro con mas de 410 metros en curso vertical libre y el Sótano de las Golondrinas en San Luis Potosí con 376 metros de descenso libre.

Finalmente, como podemos apreciar en todas estas entregas sobre el tema de las cuevas, el hombre y otros habitantes y la historia de la Bioespeleolgía en México, representa un tema inagotable y fascinante, sobre la exploración de la belleza natural en éstas ventanas de la litósfera….

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