¿Quién no escucho alguna vez a nuestros abuelos decir;  ´ponte un suéter, el cielo esta aborregado hará frio o están cantando los gallos va a cambiar el clima’?

En tiempos remotos nuestros abuelos podían predecir el tiempo, e incluso podríamos pensar que tenían una bola mágica, ya que decían exactamente lo que sucedería incluso a corto plazo con solo mirar al cielo o prestando atención al comportamiento de los animales. ¡Sabias palabras! ¿Cierto?

Y es que hace algunos años nuestros ancestros diseñaron un método que a través de la observación y el registro del tiempo en el mes de enero, les permitía determinar cuál sería el clima durante el resto del año (sin importar el calentamiento global o los distintos acontecimientos ocurridos durante el mismo) “Las Cabañuelas”.

Según los historiadores aunque es complicado establecer con exactitud los orígenes de esta tradición, se cree que surgió en el Zamuc, o “Fiesta de las Suertes”, del calendario babilónico, o “La Fiesta de  los Tabernáculos” en la concepción hebrea. Para vaticinar las condiciones climáticas en la India los pobladores estaban a la mira del tiempo durante 12 días en pleno invierno y en nuestro México Prehispánico, los aztecas establecieron en su calendario un método para predecirlo, práctica que adoptaron de los mayas, ya que sus calendarios coincidían al contar con 18 meses de veinte días cada uno, más cinco días adicionales aparte de esos meses, los primeros 18 días de enero servían para cada uno de los meses y los dos días restantes predecían otros fenómenos: el 19 pronosticaban el tiempo del solsticio de verano y el 20 para el solsticio de invierno. Se profesa que en Mesoamérica y Aridoamérica, contaban con un sistema similar.

Pareciera un método un tanto complejo, sin embargo es cuestión de llevar las anotaciones pertinentes del comportamiento de cada día de enero y con mucha anticipación sabremos cuándo lloverá, qué meses serán muy calientes, cuáles serán fríos o habrá heladas.

La técnica es la siguiente, a cada día de enero se le atribuye un mes de la siguiente forma;  (del 1 al 12 en ascendente y del 13 al 24 descendente). Del 25 al 30 se toman la mitad del día para cada mes; desde la madrugada hasta el medio día, la tarde y noche. Finalmente el día 31 se cuenta con sus 24 horas. En este caso cada dos horas son asignadas a cada mes, a partir de la madrugada. Y de esta manera obtendremos según nuestros antepasados el resultado para realizar la bitácora detallada del comportamiento del clima para todos los días del año.

Sabemos que desde el punto de vista científico “las cabañuelas” carecen de argumento, lo cierto es que en muchas ocasiones y a pesar de los avances tecnológicos, las predicciones que emite el servicio meteorológico distan mucho de las condiciones en nuestros días, teniendo como justificante el calentamiento global y muchas fenómenos naturales que incluso nosotros mismos hemos provocado por no cuidar nuestro hogar “el planeta tierra”.

En este 2015 me da mucho gusto regresar con esta primer columna del año, agradecida con ustedes por la oportunidad de su lectura y retomando la voz de los sabios que ya recorrieron nuestro andar. “A donde el corazón se inclina, el pie camina”. ¡Exitosos y felices 365 días!

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