Durante el pasado debate entre candidatos a la gubernatura de Querétaro, un fúrico Miguel Nava sentenció una frase demoledora que sirvió de preludio a lo que sucedió este fin de semana.

Para rematar su intervención, el extitular de Derechos Humanos dijo que había que mandar a la chin… (omito por pudor y respeto a los lectores la palabra completa) a los políticos.

Lo malo de esa premonitoria frase es que con la violencia que hizo su aparición en los últimos días lo que se puede ir a la chin… es todo el proceso electoral.

En la recta final de estas atípicas elecciones para gubernatura, alcaldía y diputaciones dos noticias perfilan un horizonte nada agradable. Este fin de semana, la escena política queretana se cimbró con dos hechos distantes geográficamente e impacto pero que sumados nos muestran un escenario que no queremos que se instale en nuestro proceso electoral.

Primero, en el municipio de Landa de Matamoros, en la Sierra Gorda queretana, fue asesinado el candidato a síndico por Movimiento Ciudadano, Arturo Flores Bautista, que, de acuerdo a información proporcionada por la Fiscalía del Estado, dicho homicidio es debido a un conflicto de venta de drogas y “no tiene ninguna motivación política”.

Sin embargo, en un país donde varios integrantes de la altas esferas de la clase política han estado relacionada poco o mucho con el crimen organizado, es de preocupar que un integrante de una fórmula para ocupar un lugar en un Ayuntamiento esté implicado así y que este asesinato ocurra en pleno proceso electoral, por mas que la Fiscalía diga que no tiene que ver con el proceso electoral.

En segundo lugar, en la comunidad de La Valla en el municipio de San Juan del Río, el segundo más importante del estado, este domingo tuvo lugar lo que la candidata de Morena denominó como agresión a su equipo de trabajo.

De acuerdo con la versión de la candidata Maya, diez personas de su staff de campaña fueron atacadas con tubos y piedras y por las lesiones sufridas, cuatro tuvieron que ser hospitalizadas.

Esto, además de lamentable, hace dudar sobre cuál será el ánimo social con que llegaremos a la jornada electoral, que en las elecciones recientes han sido en relativa calma sin incidentes que lamentar.

De cara al cierre de las campañas, solo esperamos que no vuelva a haber actos de violencia ni asesinatos porque llegar a la violencia significa que se ha perdido la capacidad de negociar y que la política ha sido derrotada. Si eso sucede, parafraseando a Miguel Nava, el proceso electoral se va a ir a la chin…

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