Comenzamos el 2021 como ningún otro año: separados los unos de los otros. A principios de 2020, nadie, se imaginó que cerraríamos de esta forma tan ajena a nuestra cotidianidad, tan distinta a nuestras costumbres, pero fue gracias a la empatía, a la solidaridad, al compromiso y a la responsabilidad que, pese a los enormes retos que atravesamos, nuestras ganas por salir adelante, por crecer, mejorar y construir no disminuyeron. Juntos, unidos y con fuerza lo estamos logrando. Y lo lograremos, pero hace falta un poco más. En este 2021 pondremos ese “poco más”.

El año pasado fue muy complicado: día con día representó nuevos retos que requerían para ser superados de líderes con decisión, con visión y dispuestos a escuchar tanto a los expertos, como a los que padecían los efectos derivados de las problemáticas.

Aunado al Covid-19, en México nos enfrentamos con la personificación de la soberbia, con la indolencia de unas autoridades indispuestas a abrir los ojos frente a la realidad, con una profunda desigualdad que no hizo más que acrecentarse con crisis nunca antes vividas en economía y en seguridad, derivadas de las malas decisiones del gobierno federal. Decisiones que hoy nos cuestan vidas. Esta misma semana rompimos el récord de contagios diarios por Covid-19 con 13 mil 345. Ya sumamos 1 millón 479 mil 835 casos confirmados y 129 mil 987 defunciones, al momento en el que escribo esta columna.

Para nuestra fortuna, las vacunas están a la vuelta de la esquina. El problema es y será su distribución a lo largo y ancho del territorio nacional. Tristemente, el gobierno federal, a cargo de Morena, no actúa en forma correcta ni oportuna; por el contrario, su respuesta ante el reto que plantea la vacunación ha sido tardía y errática, llena de discursos que ni siquiera son congruentes entre sí, y con muy pocas acciones efectivas.

Si llegan 50 mil vacunas al aeropuerto, el gabinete federal se moviliza hasta el sitio para realizar una ceremonia de recepción, pero después de tomarse la foto junto al avión parecen desentenderse del proceso. Los resultados están en todos los medios de comunicación: médicos desplazados desde los hospitales hasta los puntos de vacunación, formados por diez horas en espera de la dosis que les fue prometida, sólo para que después les digan que misteriosamente ya no hay vacunas, y les pidan una disculpa por la confusión, enviándolos de regreso a la primera línea de batalla contra el virus, sin haber recibido la vacuna.

Más misterioso aún: gracias al desorden y opacidad en la campaña de vacunación, se han generado denuncias por parte del personal médico, en las cuales señalan que son los directivos quienes reciben las vacunas, en lugar del personal operativo que combate al Covid-19 todos los días, sin descanso.

Que a todos nos quede claro: la vacunación en México, lenta y desordenada, está lejos de ser exitosa, y el gobierno federal debe corregir su estrategia, si es que alguna tiene, para que los beneficios de la vacuna lleguen plena y cabalmente a las y los mexicanos, comenzando por quienes más la necesitan.

Aunado a esto, Morena está haciendo propaganda con la vacuna y está haciendo campañas anticipadas con el pretexto de la cura. Algo inhumano. Desde finales de diciembre del año recién concluido, Morena (como partido) y los suyos se están atribuyendo la llegada de las vacunas contra Covid-19: están lanzando spots aseverando que el gobierno federal garantizará que todos serán vacunados con el mero propósito de posicionar al partido de manera fraudulenta de cara a las próximas elecciones. Esto, además es ilegal, pues vulnera los principios de imparcialidad garantizados por nuestra Constitución.

Nosotros, desde Acción Nacional, propusimos que se designara a un zar de vacunación para garantizar que no ocurriera  esto y para evitar la opacidad, pero como siempre, Morena hizo oídos sordos.

Este 2021 el reto no solo será vacunarnos contra el Covid-19, sino contra Morena, para frenar su intento de destrucción de las instituciones que salvaguardan nuestra democracia. Para evitar que se acrecienten las actuales crisis como consecuencia de sus decisiones, para corregir el rumbo de nuestro barco y para sacar a México adelante.

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