Una ciudad democrática es aquella que, entre otros elementos, garantiza a sus habitantes y visitantes, infraestructura urbana para que, sin contratiempos, puedan desplazarse por toda la ciudad ya sea caminando, en bicicleta, en transporte público o en vehículos particulares.

Dicho desde otra óptica, no podemos vanagloriarnos de la trascendencia de una urbe si ésta, por ejemplo, no cuenta con banquetas para uso de los peatones o no tiene lugares propios para quienes se trasladan en bicicletas.

Nuestra ciudad, infortunadamente, ha crecido exponencialmente sin atender este principio básico de equidad ciudadana, condición que la ha colocado al punto del colapso pues se han brindado opciones para quienes conducen autos particulares y no para aquellos que optan por otros medios de movilidad.

Oposición antidemocrática. Abordo este tema ahora que el gobierno municipal realiza diversas acciones públicas para garantizar este principio básico de la democracia. Sin embargo, un grupo de ciudadanos ha insistido en ir contra este proyecto, particularmente en lo que se refiere a la avenida Ezequiel Montes.

Su primera manifestación pública contra las obras en esa avenida se sustentó en el “argumento” de que se quitarían lugares para estacionar autos y que se reduciría el área de rodamiento para ellos, lo que les acarrearía pérdidas económicas.

Por eso demandaron que ni se ensancharan las banquetas ni se construyera una ciclovía. Es decir, querían que se mantuviera la política antidemocrática de seguir haciendo obras para los automóviles particulares y no habilitar la ciudad para ciclistas, peatones y para personas con discapacidad.

Proponían que la administración municipal mantuviera la política de seguir privilegiando a los automovilistas (que no supera 25%  del total de la población) y no se crearan opciones para el resto de la población.

Por supuesto que no estamos de acuerdo. En mi anterior colaboración afirmé que el principio básico de la democracia es la decisión de la mayoría y la mayoría de los queretanos no conduce automóvil particular, así que determinamos crear opciones para ellos.

Bajo estas consideraciones es que la administración municipal que encabezo se ha dado a la tarea de sentar las bases para que en un lapso de no más de 10 años, Querétaro cuente con todos los elementos necesarios para ser una ciudad plenamente democrática en el ámbito de la movilidad.

En los 18 meses que han transcurrido de mi administración hemos invertido casi 500 millones de pesos única y exclusivamente en obras y acciones que benefician a la movilidad. Les menciono como parte de ellas, la creación de la Secretaría de Movilidad, la primera de ámbito municipal en el país; la construcción del Paseo Mompaní bajo el concepto de “calle completa”, que es la base para las obras  en la avenida Ezequiel Montes.

La puesta en marcha del transporte escolar gratuito —que en su primera etapa ha llegado a mil 260 viajes completos—,  así como las modificaciones urbanas realizadas en la calle Madero del Centro Histórico.

En puerta tenemos la construcción de la Red de Infraestructura Ciclista que irá de Santa María Magdalena a Hércules y cuyo proyecto contempla 70.6 kilómetros de extensión. Este plan de movilidad está sustentado en la necesidad que hoy y en el futuro enfrenta y enfrentará nuestra ciudad. La firma empresarial más importante del mundo en movilidad, avala el proyecto.

El gobierno municipal está convencido de la necesidad y urgencia de caminar con pasos firmes pero rápidos en estas acciones que, sin cortapisas les digo, son impostergables. No hacerlo implicaría el caos y la inmovilidad de Querétaro.

Como lo dije al inicio de mi administración. Vine a trabajar no a calentar la silla, vine a impulsar acciones para tener un mejor Querétaro no ha hacer lo que otros: dejar pasar sin hacer nada por la ciudad.

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