La próxima semana reinicia actividad escolar nuestra alma máter. Entre los programas educativos de licenciatura está el de Ciencias de la Seguridad, impartido por la Facultad de Derecho en el Campus Aeropuerto; esta carrera inició hace dos años, con otras cuatro licenciaturas que -en ese momento- fueron la oferta educativa mas novedosa de la institución. Ahora, arranca la tercera generación de estudiantes cuyo proyecto de vida profesional es el campo de la seguridad.

Concepto íntimamente vinculado a una responsabilidad del Estado desde 1648, cuando los reinos de Europa firmaron el Tratado de Westfalia, Alemania para terminar la llamada guerra de 30 años, ya que sentaron las bases del estado como ahora los conocemos; es decir: territorio, cuya población está a cargo del gobierno, con la principal responsabilidad de defender los límites de la nación de las amenazas externas.

Desde entonces, la seguridad se relacionó con el uso de las armas, para repeler extranjeros, particularmente después de la segunda guerra mundial por miedo a un nuevo holocausto.

Los movimientos sociales, políticos y económicos de la segunda mitad del siglo pasado llevaron a reformular el concepto por las naciones integradas a la ONU, ante la evidencia de que después de la guerra mundial, más del 90% de los conflictos armados habían sido dentro de los países, no entre ellos; que había nuevos fenómenos de naturaleza distinta, más compleja, interrelacionada y permanente que dañaban la integridad y bienes de las personas como la migración, el hambre, epidemias, desastres naturales, delincuencia organizada o los Estados fallidos o autoritarios.

Expertos concluyeron que los seres humanos del planeta tenemos (por sólo existir) necesidades vitales y que, la satisfacción de las mismas, individualmente o en comunidad, representa la condición de bienestar a la que se debe aspirar en respeto a la dignidad humana.

Esta visión universalista, entiende la seguridad como la “protección del núcleo vital de todas las vidas humanas de forma que se mejoren las libertades humanas y la realización de las personas.

La seguridad humana significa proteger las libertades fundamentales, aquellas libertades que son la esencia de la vida. Significa utilizar procesos que se basen en las fortalezas y aspiraciones de las personas. Significa crear sistemas políticos, sociales, medioambientales, económicos, militares y culturales que, de forma conjunta, aporten a las personas los fundamentos para la supervivencia, el sustento y la dignidad” (Comisión de Seguridad Humana: Informe La Seguridad Humana, ahora, 2003).

El nuevo enfoque, por su carácter instrumental, ofrece las estrategias de empoderamiento de las personas y comunidades para lograr sus propias capacidades, y la responsabilidad de protección de los Estados para que las mismas sean efectivas.

Supera el concepto de seguridad pública, limitado a la decisión de los gobiernos para imponer orden y paz mediante el uso de la fuerza legal, que opera ante la violencia o el delito, pero sin respuesta a la amplia gama de fenómenos que vulneran la integridad económica, alimentaria, de salud, ambiental, personal, política y de la comunidad.

Desde su aparición la ONU ha impulsado una mejor comprensión del concepto (principalmente por la UNESCO) y que sea prioridad en los programas nacionales de gobierno, en la asistencia humanitaria y la cooperación internacional.

Bienvenidos sean los estudiantes de nuevo ingreso que inician su proceso de formación en un enfoque humanista de la seguridad, para adquirir conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan resolver los problemas de inseguridad de su contexto y aportar al desarrollo de los individuos en beneficio de la comunidad, siempre regidos por los valores que promueve la Universidad Autónoma de Querétaro.

Especialistas en seguridad. Ex procurador general de Justicia

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