La nueva oposición considera que los energéticos son un bien que se puede ofertar en una subasta donde los ganadores son aquellos grandes corporativos que de mano de diferentes gobiernos han saqueado a varios países, México era uno de ellos hasta hace unos cuatro años, la ambición de las administraciones anteriores, conjugada con la actitud entreguista de los legisladores tricolores y blanquiazules, y la voracidad de las grandes industrias dedicadas al sector energético, tenían un plan  perfecto para que todo este sector pasara a sus manos sin obstáculo alguno.

Este plan fue obstruido por el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador y  desde el día uno su esfuerzo y enfoque estuvo centrado en revertir los estragos que la reforma energética de Enrique Peña Nieto había ocasionado en términos constitucionales y  en cuanto a los atentados a nuestra soberanía nacional se refiere. Desafortunadamente, ni el esfuerzo del Poder Ejecutivo, ni la mayoría en la Cámara de Diputados y Senadores ha sido suficiente para que iniciativas como la reforma eléctrica encuentren el cauce que el titular del Ejecutivo Federal pretende. Ante esta situación AMLO ha llamado a que se informe de manera veraz a la población sobre los beneficios de dicha reforma, ante esto la militancia morenista ha combinado el proceso de información sobre la revocación de mandato y todo aquello que implica el que esta ley sea aprobada.

Por ello, de forma paralela parte de la ciudadanía ha regresado a la resistencia civil como parte de una estrategia cuyo objetivo es que todos los mexicanos estén informados de que  está en juego con esta ley, sobre todo para que aquellos que han encontrado afinidad con ella se den a la tarea de exigir a sus representantes en el congreso federal a que emitan un voto que  se encuentre respaldado por la voluntad popular y esté lo más alejado posible de las filias y fobias que existen en los partidos políticos hoy en día.

Resultado de la organización ciudadana, nace el Frente Nacional en Defensa de la Reforma Eléctrica y la Soberanía Energética, cuyo objetivo  es contrarrestar la campaña de desinformación que existe alrededor de esta ley, acto que tiene como meta sembrar el miedo  en la población, garantizar la exclusividad del Estado en la  explotación del litio que se encuentra en territorio nacional, el impulso a las energías limpias y renovable y como comentaba, dar marcha atrás a los estragos de la reforma energética del 2013.

Para nadie es secreto que el negocio energético le es de interés particular a las empresas privadas, principalmente extranjeras, pero justo en este punto es donde hay que doblar esfuerzos para impedir que sean los privados  los que decidan el futuro de México, sin que esto sea un impedimento para su participación, siempre y cuando se realice en justa medida, tiempo al tiempo.

Por lo mientras CFE sigue siendo el principal motor eléctrico de México y curiosamente y en contra de la campaña de desprestigio que vive todos los días, la Comisión Federal de Electricidad  produce  56% de la energía limpia en nuestro país.

¡Defender la reforma eléctrica, es defender el futuro de millones de mexicanos y mexicanas!

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